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El Gobierno socialdemócrata de Rumanía rechazó ayer las demandas de dimisión después de que las mayores protestas desde la caída del comunismo en 1989 le obligaran a revocar un controvertido decreto que despenalizaba ciertos delitos de corrupción.

'El Gobierno no tiene por qué dimitir. Ha sido elegido legítimamente y tiene que continuar gobernando', dijo ante la prensa el líder del Partido Socialdemócrata (PSD), Liviu Dragnea. Además de la presión de la calle, el Ejecutivo afronta ahora una moción de censura que presentó ayer la oposición de centroderecha.