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La larga amistad entre el presidente panameño, Juan Carlos Varela, y su exministro consejero Ramón Fonseca Mora sufrió un envite hace casi un año con el escándalo de los papeles de Panamá y ha terminado resquebrajándose ahora con el caso Odebrecht.

Las declaraciones de Fonseca Mora contra Varela, acusándole de haber recibido 'donaciones' de la constructora brasilera durante la campaña de 2014, cayeron como una bomba en el entorno del presidente, que convocó una rueda de prensa a las pocas horas para negarlo categóricamente.

Fonseca Mora, más conocido fuera de Panamá por ser uno de los socios del bufete epicentro del escándalo de las sociedades offshore, no es un cualquiera en la trayectoria política de Varela.

'A mí el presidente Varela, escuchen esto con atención y que me caiga un rayo si es mentira, me dijo que él había aceptado donaciones de Odebrecht', dijo el abogado antes de entrar en la Fiscalía para comparecer por su presunta implicación en el caso ‘Lavo Jato’, la trama de corrupción más grande de Brasil.

La amistad entre los protagonistas de este culebrón político se forjó en las filas del gobernante Partido Panameñista (PPa) hace más de cuatro décadas, cuando un jovencísimo Varela se unió a la formación nacionalista creada por Arnulfo Arias en 1931, en la que ya militaba Fonseca Mora.

Ambos fueron escalando posiciones dentro del partido, capeando temporales y tejieron alianzas hasta que consiguieron quitarle el poder en 2006 a la vieja guardia panameñista de entonces, encabezada por la viuda de Arias, la expresidenta Mireya Moscoso (1999-2004).

Ministro consejero como premio

Varela fue presidente del PPa, con Fonseca Mora como número dos, hasta que asumió la Presidencia de la República en julio de 2014 y decidió premiar a su compañero de batallas con el puesto de ministro consejero, además de dejarle el liderazgo del partido.

Pero las cosas se empezaron a torcer en marzo de 2016, cuando Fonseca Mora renunció a todos sus cargos para supuestamente defenderse en Brasil de las acusaciones de blanqueo de capitales en la trama ‘Lava Jato’.

Nadie sospechaba entonces que estaba por caer una de las mayores bombas informativas de los últimos años: los papeles de Panamá, que revelaron en abril del año pasado que personalidades de todo el mundo contrataron los servicios de Mossack Fonseca para esconder capital en paraísos fiscales.

El mundo entero ponía los ojos sobre los socios de este despacho y pedía su cabeza. Fonseca Mora pensó que su fiel compañero iba a quedarse a su lado, pero Varela se distanció públicamente y comenzó a reformar el sistema financiero.

La Fiscalía, por su parte, allanó las oficinas del bufete a los pocos días del escándalo y comenzó una investigación que a día de hoy aún no se ha cerrado.

Esta sería la primera de las muchas decepciones del abogado, que ha permanecido meses callado y apartado de los medios, hasta que este jueves se le acabó la paciencia.

El Ministerio Público volvió a allanar sus oficinas, les formuló cargos a él y a su socio Jürgen Mossack por blanqueo de capitales y ordenó su detención preventiva por presuntamente haber ayudado a blanquear dinero en la trama que implica a la petrolera brasileña Petrobras.

'Todo el mundo ha creído que Varela está al lado mío, que me ha ayudado y que soy su amigo. Eso es mentira', denunció el abogado, que también se definió como un 'chivo expiatorio'.

Varela ha defendido desde que llegó a la Presidencia que está lidiando una lucha contra la corrupción nunca antes vista en el país, y este jueves recalcó varias veces durante la rueda de prensa que 'las declaraciones de mi amigo, el señor Fonseca, envían un mensaje claro al país de que la Justicia es independiente y de que este presidente no está protegiendo a nadie'.

El mandatario concluyó su declaración pública con un rotundo 'yo nunca le he dado la espalda a mis amigos, ni siquiera en los momentos difíciles', y minutos después las redes sociales empezaron a llenarse de memes sobre telenovelas y fatídicas historias de amor.

Algunos tuiteros, incluso, le recordaron a Varela ese refrán que dice que 'Con amigos así, ¿quién necesita enemigos?'.