Cerca de 350.000 niños están atrapados en el oeste de Mosul, donde las fuerzas de seguridad iraquíes comenzaron este domingo el asalto al último gran bastión del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Irak, según la organización Save the Children.
'Las familias en la zona oeste de Mosul nos dicen que escaparse no es una opción. Si tratan de huir se arriesgan a ejecuciones sumarias por parte de combatientes del EI, o bien a ser víctimas de francotiradores o minas', relató Maurizio Crivallero, director para Irak de Save the Children.
La organización en favor de los derechos de la infancia alerta de que el impacto de la artillería y el armamento pesado que se está usando en la ofensiva, que se libra en calles 'estrechas y con mucha densidad de población', puede ser el 'más mortífero e indiscriminado de todo lo que hemos visto hasta ahora' en el conflicto.
El primer ministro y jefe de las Fuerzas Armadas iraquíes, Haidar al Abadi, anunció la puesta en marcha de la tercera fase de la llamada Batalla de Mosul, una ciudad cuyos barrios orientales ya fueron arrebatados a los yihadistas en enero.
Según la ONU, entre 750.000 y 800.000 civiles viven en los distritos occidentales aún controlados por el Estado Islámico, mientras que las agencias humanitarias preparan espacio para entre 250.000 y 400.000 civiles que calculan podrían huir ante los nuevos combates.
'Las fuerzas iraquíes y sus aliados, incluidos Estados Unidos y el Reino Unido, deben hacer todo lo que esté en su mano para proteger a los niños y sus familias de cualquier daño', resaltó el director para Irak de Save the Children.
'A un niño no le importa quién lanza las bombas, solo que están cayendo', argumentó Crivallero, que pidió a los militares que 'eviten edificios civiles como escuelas y hospitales a medida que penetran en la ciudad'.
La organización reclama asimismo que se establezcan rutas de escape para los civiles lo antes posible.
'Una vez las familias hayan logrado salir, podemos contactar con ellas y ayudarles para que salven su vida, comenzar a contribuir a que sus hijos reconstruyan su vida después de más de dos años bajo el yugo del Estado Islámico', afirmó Crivallero.