El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, arengó a los conservadores de su país con un nacionalismo beligerante, con la afirmación de que él representa a su país y 'no al mundo', a la vez que prometió devolverle su poderío militar, durante su discurso ante la Conferencia anual de Acción Política Conservadora (Cpac). 'Yo no estoy representando al mundo, estoy representando a nuestro país', exclamó Trump en su intervención en el principal encuentro del conservadurismo en Estados Unidos, en National Harbor, una localidad a las afueras de Washington. A juicio de Trump, 'la cooperación global está bien', pero marcó distancias con el multilateralismo al anotar que no existe una 'moneda global' o una 'bandera global'.
Ante una apasionada audiencia de activistas conservadores de todo el país, el mandatario lamentó el poder perdido por Estados Unidos en los últimos tiempos y prometió hacer que el país recupere su influencia como líder global.
'¿Cuándo fue la última vez que ganamos una guerra, algo?', se preguntó ante los asistentes, muchos de ellos con la emblemática gorra roja Make America great again (Hagamos grande a Estados Unidos de nuevo), el lema de la campaña electoral del magnate neoyorquino. Para devolver el liderazgo militar, Trump defendió su promesa electoral de elevar en gran medida el gasto presupuestario de defensa, ya que dijo creer 'en la paz a través de la fuerza'. El discurso del mandatario fue el plato fuerte del Cpac, que congrega durante tres días a los principales representantes del mundo conservador en el país y por donde también pasaron miembros de su equipo más cercano, como su estratega Steve Bannon, considerado uno de los cerebros de su exitosa campaña electoral.