La oposición venezolana realizará hoy lo que prometió será la mayor manifestación contra el gobierno de Nicolás Maduro, que responderá con una masiva movilización de seguidores, lo que ha desatado temores de nuevos estallidos de violencia.
Acuerpado por los militares, que el lunes le ratificaron 'lealtad incondicional', Maduro encarará la sexta protesta que organiza este mes la oposición para exigir elecciones generales y respeto a la autonomía del Parlamento, único de los poderes públicos no controlado por el oficialismo.
El jefe del Legislativo, Julio Borges, llamó el martes a las Fuerzas Armadas, con enorme poder político y económico, a ser 'leales' a la Constitución y a dejarlos marchar pacíficamente.
Las anteriores protestas derivaron en batallas campales entre fuerzas de seguridad y manifestantes, con cinco muertos, decenas de heridos y más de 200 detenidos.
En la escalinata de la sede legislativa, Borges pidió a los soldados no una 'rebelión o 'un golpe de Estado', sino que 'cesen los abusos', 'el hostigamiento' y 'la represión'.
La mayoría opositora de la cámara aprobó, además, un acuerdo en rechazo a la 'continuación y agravamiento de un golpe de Estado perpetrado por Nicolás Maduro y los órganos judiciales' con recientes sentencias, anuladas parcialmente, contra el Parlamento; además de 'violaciones' a los derechos humanos.
Los opositores fijaron 26 puntos de salida para la manifestación que pretende llegar a la Defensoría del Pueblo, en el centro de Caracas, bastión chavista. Los oficialistas adelantaron que, como siempre, no los dejarán entrar a esa zona, donde será su marcha.
'Toda Caracas será tomada por las fuerzas revolucionarias y no nos alboroten', advirtió Diosdado Cabello, uno de los dirigentes más poderosos del chavismo.
Llamándola 'la mamá de las marchas', el vicepresidente del parlamento Freddy Guevara llamó a los opositores a 'desbordar las calles'.
Mutuas acusaciones
El gobierno sostiene que la oposición promueve 'terrorismo' y 'violencia' en las marchas para derrocarlo. Sus adversarios lo acusan de represión y de torturar a detenidos.
Entre creciente tensión, once países latinoamericanos pidieron a Venezuela que 'garantice' el derecho a la manifestación pacífica y lamentaron las muertes en protestas previas.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos, se refirió al anuncio de Nicolás Maduro de armar a la población civil.
'Vemos con seria preocupación la militarización de la sociedad venezolana', escribió Santos en su cuenta de Twitter y agregó '…un llamado a la cordura'.
La referencia se da debido a que Maduro afirmó que aumentará las milicias a cerca de 500 mil miembros y que cada uno tendrá un fusil, pero con la meta de 'ir a la organización y entrenamiento de un millón de milicianos y milicianas organizados, entrenados y armados para defender la paz, la soberanía y la independencia de la patria'.
EEUU se pronuncia
Por su parte, el Gobierno de Estados Unidos advirtió de que armar a cientos de miles de civiles en Venezuela 'llevará al desastre' al país.
'Hay que mandar un mensaje de no violencia y de asunción de responsabilidades', indicó un alto funcionario del Departamento de Estado en una conferencia telefónica con periodistas.
El portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, amplió más tarde que 'a los responsables de la represión criminal (...) se les exigirán responsabilidades individuales por sus acciones' en el marco de 'la comunidad internacional' y por parte 'del pueblo venezolano y sus instituciones'.