La puerta existente en la valla fronteriza que separa Tijuana (México) y San Diego (California, EE.UU.) se abrió este lunes por quinta ocasión en la historia para que seis familias separadas por leyes migratorias pudieran darse un abrazo aunque fuera solamente por unos minutos.
El Parque de la Amistad ubicado en la frontera entre los dos países fue nuevamente escenario de esta tradición que inició hace tres años y que ha continuado sin importar el cambio de gobierno federal en Estados Unidos.
María de Lourdes Mendoza fue la primera en tener la oportunidad de abrazar por tres minutos a su hijo, madre y hermano, quienes residen en México.
'Fue algo muy bonito, muy emocionante', señala la mujer, quien no veía a sus seres queridos desde hace ocho años.
'(Mi mayor deseo) es volver a abrazarlos, porque verlos u oirlos los puedo ver en una foto o escucharlos por el teléfono, pero abrazarlos quien sabe, solamente Dios', dijo.
Las familias trataron de aprovechar al máximo los tres minutos que se les concedieron.