Los socialistas españoles, vencedores de las elecciones legislativas del domingo, avanzaron ayer que intentarán gobernar en solitario a través de pactos puntuales, mientras los demás partidos perfilan su nueva estrategia.
Dirigentes y partidos políticos continuaron ayer el análisis de los resultados de los comicios del domingo, en los que resultó vencedor el Partido Socialista (PSOE) del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, aunque sin una mayoría clara.
Otros resultados destacables fueron que el Partido Popular (PP, conservador), hasta ahora la formación más numerosa en las dos cámaras del Parlamento, registró los peores resultados de su historia, mientras que la formación ultraderechista Vox entró en el Congreso con 24 diputados.
La vicepresidenta en funciones del Gobierno, Carmen Calvo, afirmó en una entrevista radiofónica que su formación apuesta por gobernar en solitario, sin una coalición, gracias a la estabilidad que le dan los 123 diputados en el Congreso (sobre un total de 350).
'Hay respaldo más que suficiente para ser el timón de este barco', afirmó Calvo, quien recalcó el objetivo del PSOE de 'hablar con todo el mundo' para 'intentar que la cultura de colaborar se abra paso en la política española'.
En la misma línea insistió el 'número dos' del PSOE, el ministro de Fomento José Luis Ábalos, quien dijo que buscan 'un proyecto autónomo' sin necesariamente una coalición, aunque sin dejar de reconocer su voluntad de negociar 'con todos los grupos' porque 'hay que buscar acuerdos'.
Además, Ábalos descartó que vayan a buscar el respaldo del partido independentista catalán de izquierda ERC, que logró una clara subida en el Congreso de nueve a 15 diputados.
Para lograr una mayoría absoluta en el Congreso, los socialistas necesitarían el apoyo de la coalición izquierdista Unidas Podemos (UP) y de varios pequeños partidos más.
Las matemáticas dicen que la suma del PSOE y el liberal Ciudadanos (C's, que logró 57 diputados) conseguiría una mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados.
Esa idea la apoyó Antonio Garamendi, presidente de la principal asociación empresarial española (CEOE), y que se manifestó a favor de un Gobierno 'moderado' y que trabaje 'dentro de la estabilidad y seriedad presupuestaria'.
La alianza PSOE-C's es una idea que atrae muchas simpatías a nivel internacional, al ser las dos fuerzas más próximas al centro político y muy europeístas, pero sus bases y líderes no parecen nada proclives.
Desde Ciudadanos se insistió hoy, a través de su 'número dos', José Manuel Villegas, y su portavoz, Inés Arrimadas, en que no negociarán con los socialistas para devolver a Sánchez a la jefatura del Gobierno.
Sí matizaron que tratarán con el partido mayoritario los grandes temas de Estado para alcanzar acuerdos puntuales.
'España se merece que haya diálogo para intentar llegar a acuerdos nacionales', afirmó Villegas en unas declaraciones radiofónicas, en las que no dejó de reconocer que cree que el PSOE preferirá tener como socio preferente a Unidas Podemos (UP).
Y desde UP su líder, Pablo Iglesias, pidió ayer claramente un Gobierno de coalición con los socialistas, idea que respaldó hoy la rama catalana de esa formación, que argumentó que los tiempos de ejecutivos de partido único 'ya se han superado' en España.
En cambio, el PP pareció mantenerse hoy al margen. La formación conservadora, que hasta junio del año pasado controlaba el Gobierno español, sufrió un durísimo revés al registrar los peores datos en su historia.
El secretario general del PP, Teodoro García Egea, pidió esperar a ver qué dirección emprende Sánchez.
Los independentistas catalanes izquierda de ERC insistieron a Sánchez en que 'escuche el mensaje' enviado desde esa región, en la que fueron la fuerza más votada.
La portavoz de ERC urgió a Sánchez en pedir diálogo sobre sus aspiraciones de negociar un referéndum de autodeterminación, algo que el líder socialista rechaza tajantemente.