El secretario general de la ONU, António Guterres, reclamó este miércoles a los Gobiernos de todo el mundo apoyo a los refugiados, desplazados y migrantes ante la crisis generada por el COVID-19 y exigió que los cierres de fronteras y restricciones de movimientos para combatir la enfermedad respeten los derechos humanos.
'Más de 150 países han impuesto restricciones fronterizas para contener la propagación del virus. Por lo menos 99 Estados no hacen ninguna excepción en los casos de las personas que solicitan asilo por motivos de persecución', lamentó.
En un mensaje en vídeo, Guterres subrayó que es necesario 'defender la dignidad humana frente a la pandemia y aprender del puñado de países que han demostrado cómo es posible aplicar restricciones de viaje y controles fronterizos respetando plenamente los derechos humanos y los principios internacionales de protección de los refugiados'.
El jefe de Naciones Unidas recordó que migrantes y refugiados están especialmente amenazados por el coronavirus, dado que muchos viven en 'condiciones de hacinamiento en las que el distanciamiento social resulta un lujo imposible y en las que con frecuencia es difícil acceder a servicios básicos'.
'Los efectos de esta crisis serán aún más devastadores para el gran número de personas en movimiento que viven en los países menos adelantados. Un tercio de la población mundial desplazada internamente vive en los diez países con mayor riesgo del COVID-19', apuntó.
Además, estas personas están más expuestas a la crisis socioeconómica que ha estallado por la pandemia, al trabajar a menudo en economías informales y sin acceso a protección social, y la caída de las remesas amenaza también a los familiares de los migrantes que dependen de ellas en los países de origen.
Por otra parte, subrayó, el temor a la COVID-19 'ha exacerbado la xenofobia, el racismo y la estigmatización', poniendo en más riesgo a estas poblaciones, a pesar de que muchos refugiados y migrantes están 'haciendo un aporte heroico en la primera línea de las labores esenciales'.
En ese sentido, destacó que alrededor de una de cada ocho personas que en todo el mundo se dedican a la enfermería ejerce su profesión en un país distinto del de su nacimiento.
Por todo ello, Guterres reclamó a los gobernantes incluir a refugiados y migrantes en la respuesta a la pandemia y defendió que la crisis del coronavirus 'es una oportunidad para replantear la movilidad humana'.
Ese replanteamiento debe basarse en cuatro grandes claves, según un documento propuesto este miércoles por Naciones Unidas.
La primera, que la exclusión es cara y la inclusión rentable, dado que incluir a toda la población en la respuesta de salud pública y en la socioeconómica 'ayudará a derrotar el virus, reiniciar nuestras economías y avanzar en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible'.
La ONU insiste además en que, pese a la pandemia, deben respetarse los compromisos de protección de los refugiados y en que debe garantizarse que los diagnósticos, tratamientos y vacunas son accesibles para todo el mundo.
Y por último, defiende que 'las personas en movimiento son parte de la solución'. 'Eliminemos las barreras injustificadas, exploremos modelos que permitan regularizar vías para los migrantes y reduzcamos los costos de transacción de las remesas', defendió Guterres.