Tres jóvenes de 15 años con fusiles AK-47 cargados saltaron un muro del club Mar-a-Lago del presidente Donald Trump en Palm Beach, en el sureste de Florida, y fueron arrestados de inmediato con la ayuda de agentes, un helicóptero y perros adiestrados, informaron este jueves medios locales.
La Policía de Palm Beach detalló que el hecho ocurrió el viernes pasado cuando los adolescentes estaban huyendo de las autoridades.
Precisó que los detenidos, que no fueron identificados, desconocían que se trataba del club del presidente de EE.UU.
Ni el presidente ni su familia estaban en Mar-a-Lago, en Palm Beach, ciudad ubicada unos 100 kilómetros al norte de Miami, el día en que los jóvenes saltaron el muro.
Las autoridades señalaron que si ese hubiera sido el caso, el Servicio Secreto de EE.UU. habría disparado contra ellos.
Los tres están en un centro de detención juvenil y enfrentan cargos invasión a propiedad privada con armas de fuego, robo de armas de fuego y resistencia al arresto sin violencia.
La fiscalía evalúa si los jóvenes, que dijeron haberse encontrado las armas, serán juzgados como adultos.
En febrero pasado Jing Lu, de 56 años, que entró sin permiso en al club Mar-a-Lago, fue condenada a seis meses de cárcel por oponer resistencia cuando fue detenida.
En 2019 fue detenida otra ciudadana china que ingresó ilegalmente a la residencia del presidente en el sureste de Florida.
En marzo de ese año, Yujing Zhang fue detenida tras intentar ingresar a áreas de acceso restringido en Mar-a-Lago. A la mujer se le encontraron cinco teléfonos celulares, varias tarjetas de memoria, un computador portátil, un disco duro portátil y un artefacto capaz de detectar cámaras ocultas.
En noviembre pasado fue condenada a ocho meses de prisión por violación a la propiedad privada y hacer declaraciones falsas a agentes del Servicio Secreto de EE.UU.
A fines de enero, fue detenida Hanna Roemhild, de 30 años, cantante de ópera y residente en Connecticut (EE.UU.) por pasarse dos controles de seguridad con su vehículo cerca del ingreso a Mar-a-Lago y escapar de la Policía a toda velocidad.
Según dijeron sus abogados, Roemhild tiene un historial de problemas mentales y dos expertos consultados consideran que no es apta para ser sometida a juicio y debe ser ingresada en un hospital psiquiátrico