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El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, anunció este miércoles sanciones contra la fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, por las investigaciones sobre el papel de las tropas estadounidenses en la guerra de Afganistán.

'Estados Unidos nunca ratificó el Estatuto de Roma que creó esa corte y no toleraremos ilegítimos intentos de someter a estadounidenses a su jurisdicción', afirmó en una rueda de prensa el jefe de la diplomacia estadounidense.

Pompeo también anunció sanciones contra el jefe de la División de Jurisdicción, Complementación y Cooperación de la Oficina del Fiscal de la CPI, Phakiso Mochochoko, por haber trabajado con Bensouda en las pesquisas sobre soldados estadounidenses.

Ya en junio, el presidente de EE.UU., Donald Trump, autorizó sanciones económicas contra los funcionarios que investigasen a tropas de su país o sus aliados.

'Hoy, tomamos el siguiente paso porque la CPI continúa dirigiéndose contra los estadounidenses, tristemente', anunció Pompeo, quien aseguró que la institución está 'rota' y es 'corrupta'.

Asimismo, lanzó una dura advertencia contra quienes respalden a Bensouda y Mochochoko: 'Los individuos y entidades que continúen dando apoyo material a esos individuos se arriesgan también a ser sancionados', avisó.

Y especificó que el Departamento de Estado ya ha restringido la emisión de visados para quienes están implicados en las investigaciones de la CPI contra tropas estadounidenses.

El desencadenante de las sanciones tiene como origen el papel de las tropas estadounidenses en la guerra de Afganistán. El pasado marzo, los jueces autorizaron una investigación que había solicitado Bensouda por supuestos crímenes de guerra y de lesa humanidad cometidos por el ejército estadounidense, grupos talibanes y autoridades afganas.

Estados Unidos nunca ha aceptado la jurisdicción de la CPI, con sede en La Haya (Holanda) y fundada en 1998.

Sin embargo, hasta ahora Washington se había limitado a ignorarla y nunca antes una Administración había adoptado una actitud tan beligerante con la imposición de sanciones.

Desde su llegada a la Casa Blanca, en enero de 2017, Trump ha impulsado una agenda exterior de marcado nacionalismo y aislacionismo, así como un rechazo explícito al sistema multilateral.