Pescadores del nordeste de Japón expresaron este viernes su preocupación por las informaciones que señalan que el gobierno planea anunciar próximamente su aprobación al vertido al mar de aguas contaminadas por el desastre nuclear de Fukushima.
Los profesionales de la pesca de la región temen que si se aprueba el vertido, sobre el que las autoridades llevan debatiendo meses, los esfuerzos de casi una década para retomar su actividad y vender su pescado, mientras se cuestiona la seguridad de su consumo, hayan sido en vano, explicaron a la agencia de noticias Kyodo.
'Estamos aterrorizados de que si se descubre que un sólo pez ha excedido los estándares de seguridad después de verterse el agua, la confianza de la gente en nosotros se desplomará', dijo un pescador de la ciudad de Soma, de 32 años, al citado medio.
La reacción de los pescadores se produjo un día después de que el gobierno central mantuviera una sesión informativa con autoridades locales en la que les explicó cómo eliminar esas aguas residuales almacenadas en la planta y en la que el vertido al mar fue la principal premisa, según informó la cadena pública NHK.
Entre las autoridades que fueron informadas al respecto estuvieron las de las ciudades de Futaba y Okuma, que albergan la accidentada central atómica, de acuerdo a las fuentes consultadas por el medio.
Las especulaciones sobre los vertidos radiactivos, que el gobierno de Japón baraja como una de las dos opciones para deshacerse del agua usada para enfriar los reactores durante el accidente nuclear de 2011 -la otra es liberarla a la atmósfera por evaporación-, se han incrementado después de que los medios locales señalaran que la decisión podría adoptarse a finales de este mes.
Preguntado hoy al respecto, el Ministro de Agricultura, Kotaro Nogami, dijo que 'en este momento' no se ha tomado ninguna decisión.
El ministro portavoz del Ejecutivo, Katsunobu Kato, aseguró, por su parte, que se tomará 'una decisión responsable' tras las negociaciones pertinentes, aunque también señaló que el Gobierno 'no podría seguir retrasando' una decisión sobre la gestión de las aguas, dado que la planta debe desmantelarse.
El volumen de agua, que se acumula en tanques, ha superado los 1,2 millones de toneladas y se está llegando al límite de almacenaje.
El agua que se ha ido acumulando desde el desastre del 11 de marzo de 2011 se trata para eliminar la mayoría de las sustancias radiactivas, salvo el tritio y otros, sobre los que la empresa que gestiona la central, Tepco, afirma que emiten emisiones bajas y que están presentes de forma natural en el agua y en el vapor del aire.