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La presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, pidió este domingo a los ciudadanos y partidos políticos tener 'paciencia' y 'madurez' para esperar los resultados oficiales de las elecciones generales celebradas en esta jornada.

La mandataria transitoria hizo este llamado en un mensaje televisado en el que le acompañaron los ministros interinos de la Presidencia, Yerko Núñez; de Defensa, Luis Fernando López; y de Gobierno (Interior), Arturo Murillo; además de los comandantes de las Fuerzas Armadas, Sergio Orellana, y la Policía, Rodolfo Montero.

'Todos sabemos que no tendremos resultados definitivos hasta que acabe el conteo oficial de votos', sostuvo Áñez, por lo que pidió a la ciudadanía y a los partidos tener 'paciencia para esperar los resultados sin generar ningún tipo de hechos violentos'.

También les instó a 'cumplir la ley', porque son tiempos que requieren 'madurez' y 'esa madurez significa antes que nada cumplir la ley'.

Además, pidió recordar que 'más allá de las diferencias, todos somos bolivianos' y por eso hizo un llamado a construir conjuntamente 'una Bolivia unida, democrática y pacífica'.

'Bolivia va a salir bien', manifestó la mandataria interina, quien también aseguró que su Gobierno ha puesto todo de su parte para tener una elección 'limpia y transparente'.

Finalmente, agradeció a los ciudadanos, las autoridades electorales y las fuerzas del orden por contribuir a que esta jornada fuera 'un día de fiesta pacífica y democrática'.

Áñez postulaba a las elecciones por la alianza Juntos, pero el mes pasado decidió retirar su candidatura para no dispersar el voto y unificarlo por el candidato que pueda hacerle frente al Movimiento al Socialismo (MAS), del expresidente Evo Morales.

La presidenta interina instó más temprano a los bolivianos a acudir a las urnas en paz.

Bolivia repite este domingo los comicios generales anulados hace un año en medio de denuncias de fraude a favor de la reelección de Evo Morales, que son investigadas penalmente y que él niega.

Unos 7,3 millones de bolivianos estaban llamados a las urnas, en el país y en el exterior para decidir entre cinco candidaturas.

La jornada transcurrió en calma y sin mayores incidentes, aunque estuvo precedida por la incertidumbre de un posible estallido de violencia que llevó a muchos bolivianos a acaparar comida y combustible, o a reforzar la seguridad externa en algunos edificios y comercios para evitar los saqueos que hubo durante la crisis de 2019.

Los temores surgieron ante amenazas desde filas del MAS de una convulsión social si hay irregularidades en los comicios que ese partido confía en ganar en primera vuelta, aunque las encuestas preelectorales anticipaban una posible segunda ronda.