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El jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, rechazó este jueves que el primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, denunciara la utilización política opositora de los 16 menores venezolanos que fueron deportados de ese país, al tiempo que lo culpó de tener una 'política xenófoba oficial'.

'Es totalmente inaceptable y falto de ética, de responsabilidad y de humanidad el querer politizar y criminalizar una acción inaceptable como lo es la devolución forzada de menores de edad, con el agravante de haberlos separado de sus padres, dejándolos en total indefensión', dijo el líder opositor en un comunicado.

Rechazó también que Rowley dijera que 'Trinidad y Tobago se encuentra actualmente' bajo un 'asalto' de 'personas anónimas, sin rostro, armadas con niños inocentes' que buscan 'obligar' a la república isleña a aceptarlos bajo el 'estatuto de refugiado'.

Para Guaidó esta declaración constituye un 'ilícito internacional porque es una práctica xenófoba de su parte frente a los migrantes venezolanos, quienes no son criminales (...).Por lo tanto exigimos el cese de la política xenófoba oficial'.

Añadió además que 'con esta actitud' las autoridades de Trinidad y Tobago 'se constituyen en cómplices de un nuevo crimen de lesa humanidad'.

La situación de los migrantes venezolanos, agregó, puede ser resuelta 'elevando los niveles de Cooperación Internacional Humanitaria en el marco de la gobernanza entre nuestros países', con el apoyo de organismos internacionales.

Rowley emitió el miércoles, a través de las redes sociales, una escueta declaración sobre los acontecimientos relacionados con los niños venezolanos que fueron deportados desde el país caribeño y que volvieron al territorio insular tras cerca de 48 horas de incertidumbre en las que no se conoció su paradero.

Resaltó que bajo la etiqueta 'humanitaria' se pretende forzar a Trinidad y Tobago a aceptar inmigrantes de naturaleza económica y soportar la acción de traficantes de personas bajo la excusa de que se trata de refugiados.

Entre los 16 menores venezolanos se encontraba un bebé de cuatro meses y permanecieron en alta mar durante 48 horas luego de haber sido deportados, pues fueron montados en un bote de vuelta a Venezuela.

Sin embargo, la tarde del martes llegaron de regreso a Trinidad y Tobago.

El Gobierno de Nicolás Maduro no se ha pronunciado sobre el caso directamente, pero ayer el canciller, Jorge Arreaza, indicó que había llamado a reunión a Trinidad y Tobago para abordar, entre otras cosas, asuntos humanitarios.