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Un día después de que Barr reconociera que el Departamento de Justicia de EE.UU. no ha encontrado pruebas de un fraude que pueda alterar el resultado de las elecciones que ganó el demócrata Joe Biden, Trump publicó un vídeo de 46 minutos en su página personal de la red social Facebook.

En la grabación, Trump repitió las acusaciones sin pruebas que ha blandido su equipo legal y que han fracasado una y otra vez en los tribunales de los estados clave, e incidió en teorías de la conspiración como que en las elecciones votaron inmigrantes y 'gente que lleva muerta 25 años'.

'Estas elecciones estuvieron amañadas, y todos lo saben', sentenció en el vídeo un presidente cuya negativa a reconocer la derrota le ha ido restando apoyos en su propio partido.

Trump no mencionó directamente las declaraciones de Barr, pero dejó claro que sigue creyendo que le 'robaron' las elecciones y que hubo un 'intento orquestado' de declarar a Biden como ganador, algo de lo que no hay ninguna evidencia.

El mandatario saliente, que perdió las elecciones por casi siete millones de votos y cuya derrota ya ha quedado certificada en todos los estados clave, insistió en que hay que 'derogar inmediatamente' los resultados en esos territorios porque hubo 'millones de votos emitidos de forma ilegal', de nuevo sin pruebas.

'Todavía hay tiempo de sobra para certificar al ganador correcto de las elecciones', dijo Trump en aparente referencia al plazo que queda hasta el 14 de diciembre, cuando el Colegio Electoral se reunirá para hacer oficial la victoria de Biden.

El presidente pidió un 'análisis sistemático de las papeletas enviadas por correo', que considera fraudulentas en la mayoría de casos a pesar de que no se ha demostrado en absoluto que puedan serlo.

Aseguró que las 'infracciones en todos los estados clave' afectan a 'decenas de miles de votos' y por tanto permitirían 'revertir el resultado' de los comicios, algo de lo que no hay ningún indicio y que han negado los responsables de su propio partido en los territorios bisagra.

El vídeo demostró una vez más que Trump no está dispuesto a admitir la victoria de Biden, y que sigue enzarzado en una campaña para desacreditar el sistema democrático estadounidense que muchos comentaristas han descrito directamente como un intento de golpe de Estado.

El mandatario comenzó la grabación -rodada en la Casa Blanca y editada por su equipo, sin periodistas presentes- con la afirmación de que este podría ser 'el discurso más importante que haya dado nunca', pero no reveló nada nuevo con respecto a las afirmaciones que lleva repitiendo desde hace un mes.