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Colectivos, organismos y activistas de toda América Latina respondieron con alegría y júbilo este miércoles a la histórica aprobación de la legalización del aborto en Argentina, con la esperanza de lograr lo mismo en sus países, en una región donde prima el conservadurismo y su penalización.

La satisfacción y la oleada de esperanza que ha generado la noticia ha chocado con el silencio mayoritario de los gobernantes de la región, con el repudio abierto del presidente brasileño, Jair Bolsonaro y de su canciller, Ernesto Araújo, y el rechazo ya esperado de la Iglesia y el papa, de nacionalidad argentina.

Con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención, el Senado argentino legalizó la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 de gestación, que anteriormente solo estaba permitida a causa de una violación o por cuestiones de riesgo para la mujer.