El Reino Unido se adentró desde este viernes en el mundo de aduanas y fronteras que le espera tras su salida de la UE, aunque la inactividad propia de Año Nuevo y las precauciones de empresas y viajeros hicieron que el tránsito discurriese en un plácido sopor.
La española María Soneira no quería sustos. Vive desde hace ocho años en Southampton (sur de Inglaterra) y hoy regresaba allí con su novio tras pasar unos días de vacaciones en Lisboa, con el temor a que la falta de cualquier papel le impidiese llegar a casa.
'No estábamos seguros de cómo pruebas que tienes derecho a vivir aquí a partir del 1, porque no lo dejaron muy claro', dijo a Efe nada más poner pie en el aeropuerto londinense de Heathrow, solo unas horas después de que se materializase el Brexit.
Ante la duda, mejor armarse con un taco de papeles bajo el brazo.
'No sabíamos si íbamos a tener que poner sello en el pasaporte, si tendríamos que demostrar algo... Vinimos con todo impreso por si acaso, para al menos poder enseñarlo y luego ver qué pasaba. Pero no ha habido ningún problema', explicó esta trabajadora de recursos humanos en una empresa de cruceros.
La aprensión no es patrimonio exclusivo de los comunitarios que llegan a la isla. A los británicos residentes en la UE también les espera la nueva y desagradable experiencia de colocarse en la fila de 'países terceros' cuando alcancen su destino.
Para Peter Jordan éstas han sido unas navidades amargas. Viajó a Inglaterra para asistir al funeral de su madre el 18 de diciembre, pero las restricciones por el coronavirus, que obligaron a cancelar hasta tres vuelos y un ferri que había reservado, le forzaron a no poder regresar a su hogar en Fráncfort (Alemania) hasta ayer.
Aguas calmadas
La plétora de papeleo y trámites burocráticos que le espera a los transportistas en la nueva era pos-Brexit no afectó en su primer día al tránsito por Dover, principal puerto de entrada y salida de mercancías entre el continente y el Reino Unido.
La Hacienda británica calcula que los ajustes a esta nueva situación añadirán 7.000 millones de libras (más de 7.800 millones de euros) a los costes de hacer negocios con la UE.
El portavoz del Eurotunnel, John Keefe, dijo que las cosas transcurrieron bien el viernes y que todo 'está tranquilo', dado que han sido pocos los camiones que han cruzado, como se esperaba.
La desconexión había creado inquietud entre las empresas después de las escenas vistas hace una semana, con miles de camioneros varados, después de que Francia cerrase su frontera por la crisis de la covid-19.