Tras los eventos registrados la semana anterior, cuando una turba ingresó a la fuerza al Capitolio de Estados Unidos, las autoridades en Washington se encuentran en alerta máxima de cara al acto de investidura del presidente electo Joe Biden que se realizará el próximo 20 de enero.
El estricto dispositivo en torno al traspaso de mando en Estados Unidos se anunció después de que seguidores del gobernante saliente, Donal Trump, asaltaran violentamente el Capitolio en Washington el pasado 6 de enero, en hechos que causaron cinco muertos, entre ellos uno policía de esa sede legislativa.
Más de una docena de estaciones del Metro capitalino se cerrarán, al tiempo de cerca de 20.000 soldados de la Guardia Nacional resguardarán la ciudad.
El National Mall, el parque que alberga los monumentos más emblemáticos de Washington y la famosa explanada donde se han concentrado a multitudes, permanecerá cerrado el próximo miércoles como parte de las herméticas medidas de seguridad dispuestas en la capital estadounidense para la investidura de Biden.
Según los diarios The Washington Post y Usa Today, al imponente espacio, donde suele congregarse el público para asistir al traspaso de Gobierno en Estados Unidos, sólo tendrán acceso los medios de comunicación y el personal de seguridad. El Post citó a dos personas familiarizadas con el asunto y que hablaron bajo la condición del anonimato.
En el parque National Mall se encuentran, entre otros, los monumentos a los expresidentes Abraham Lincoln y George Washington, así como una enorme explanada que el fallecido líder afroamericano Martin Luther King Jr. inmortalizó al pronunciar, el 28 de agosto de 1963, su famoso discurso 'Yo tengo un sueño'.
De otro lado y como parte de las restricciones, el director ejecutivo de Delta Airlines, Ed Bastian, anunció en una entrevista con la cadena CNBC que no permitirán a los pasajeros que vuelen hacia los aeropuertos del área metropolitana de Washington facturar armas de fuego en sus equipajes.
La medida se pondrá en marcha a partir de este fin de semana y se extenderá hasta la semana que viene.
'Todos estamos en máxima alerta basados en los eventos de las últimas semanas en Washington', admitió el ejecutivo.
Recientemente directivos del FBI habían advertido a los jefes de policía de grandes ciudades de EE. UU. que sus fuerzas debían estar en 'alerta roja' y que comuniquen toda la información de inteligencia de la que dispongan ante posibles ataques violentos por la investidura.
Según The New York Times, el director del FBI, Christopher Wray, y el director interino del Servicio de Ciudadanía y de Inmigración de EE. UU., Kenneth Cuccinelli, se mostraron profundamente preocupados en una llamada telefónica que se extendió 45 minutos por la posibilidad de que se desate violencia extremista, contaron al medio algunos de los participantes en la conversación.