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El presidente ruso, Vladímir Putin, se zambulló en una poza con agua helada con motivo de la celebración del Bautismo de Cristo, pese a las advertencias de autoridades sanitarias y religiosas por la pandemia del coronavirus.

En un vídeo difundido por el Kremlin, se observa cómo el mandatario ruso, ataviado con un bañador azul, entra en una poza en forma de cruz y se sumerge tres veces, santiguándose antes de cada inmersión, como reza la tradición ortodoxa.

Putin, de 68 años, descendió al agua gélida por una escalera de madera para evitar resbalones y, al salir, se dispuso a calzar unas tradicionales botas de fieltro para soportar el frío.

Frente a la poza, que está completamente rodeada de nieve junto a una casa de madera, se encuentra una cruz de hielo de más de dos metros de altura.

Putin, un creyente confeso, se da todos los años un baño en un estanque después de asistir a la tradicional misa de Epifanía, una de las festividades más importantes de la Iglesia Ortodoxa.

La celebración ha coincidido este año con una brusca bajada de temperatura, que ha alcanzado valores mínimos de 25 grados bajo cero, y en la región de Moscú, donde presuntamente se bañó Putin, el termómetro marcó 18 grados bajo cero.

El Kremlin siempre presume que el presidente ruso está 'absolutamente sano' y tiene una salud de hierro.