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La 'histeria' en los países occidentales en torno al juicio y la posterior condena del líder opositor ruso, Alexéi Navalni, sobrepasa todos los límites y es parcial, declaró este miércoles el ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov.

'La histeria que hemos visto durante el proceso judicial del caso Navalni sobrepasa todos los límites. Y se oculta de la sociedad que en Occidente las leyes sobre manifestaciones, mítines y diversas protestas son más severas que las de Rusia', dijo el jefe de la diplomacia rusa en una rueda de prensa con su par jordano, Ayman Safadi.

La Justicia rusa impuso ayer al bloguero ruso una pena de tres años y medio de prisión, al hacer efectiva una sentencia suspendida de 2014, calificada en su momento de arbitraria por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

De la pena, se precisa en la sentencia, se descontarán diez meses durante los cuales Navalni permaneció en arresto domiciliario.

Tras conocerse el fallo, los seguidores del líder opositor salieron a la calle en distintas ciudades rusas, una jornada de protestas que acabó con más de 1.400 detenidos, la mayoría de ellos en Moscú.

El jefe de la diplomacia rusa defendió la actuación de la policía durante estas y las anteriores protestas relacionadas con el juicio contra Navalni, al afirmar que en Occidente la reacción de los agentes del orden suele ser mucho más dura.

Lavrov afirmó que los medios occidentales que cubren las manifestaciones en apoyo a Navalni suelen fijarse 'solo en la reacción de la policía a las acciones de los manifestantes', pero dejan fuera de sus reportajes la actuación de los participantes en las protestas que en ocasiones llega a ser 'agresiva'.

'Cuando los medios de Occidente cubren acontecimientos similares en sus países, entonces suelen mostrar, como regla, los excesos cometidos por los manifestantes', aseguró Lavrov.

Rusia rechaza todas las críticas occidentales a la detención de Navalni y al desproporcionado uso de la fuerza por parte de la policía contra los manifestantes en las multitudinarias protestas del 23 y 31 de enero en apoyo del opositor, en las que fueron detenidas casi 10.000 personas.

A su vez, países occidentales, entre ellos EEUU, Alemania y el Reino Unido, y organizaciones de DDHH como Amnistía Internacional han condenado el envío a prisión del líder opositor ruso y han exigido su liberación inmediata.