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Más de un año después de detectarse los primeros casos de una neumonía de origen desconocido en la ciudad china de Wuhan persisten numerosas incógnitas sobre el inicio de la pandemia y una teoría conspirativa difícil de erradicar: que el nuevo coronavirus es artificial.

Un equipo de epidemiólogos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se desplazó en enero a Wuhan para investigar el origen del nuevo coronavirus con un trabajo abierto a 'todas las hipótesis'.

Hasta el momento, la ciencia ha determinado que el origen fue zoonótico (transmitido a humanos desde otras especies) y que los primeros casos se dieron en Wuhan, pero todavía se desconoce información relevante sobre el comienzo.

De forma paralela a los estudios científicos han circulado en todo el mundo un sinfín de falsedades sobre el origen del SARS-CoV-2 y de la enfermedad que ocasiona, la covid-19, que ha superado los 104 millones de contagios y los 2,2 millones de fallecimientos.

Uno de los mensajes más repetidos y arraigados es el que afirma que el virus es artificial. Quienes esparcen esta teoría en las redes dicen que es un arma, que se ha expandido con ayuda del 5G o incluso que es extraterrestre.