Autoridades de América Latina y el Caribe se comprometieron este jueves y extendieron su llamado para acelerar acciones que eviten un incremento de los 10,5 millones de niños que trabajan en la región debido a los efectos de la pandemia del coronavirus en las economías de los hogares más vulnerables.
Los presidentes de Colombia, Guatemala, Perú, así como representantes de Costa Rica y Jamaica respondieron de este modo al llamado de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para participar en el lanzamiento del Año Internacional de la Erradicación del Trabajo Infantil.
En un evento virtual, el director regional de la OIT, Vinicius Pinheiro, alertó que, a consecuencia de los efectos sociales y económicos de la pandemia, 'en un año se puede retroceder los avances de una década' contra la explotación y el trabajo infantil.
En ese sentido, pidió a las autoridades de la región a tener 'un compromiso sostenido del más alto nivel para poner fin al trabajo infantil' y apostar por acciones conjuntas para enfrentar este problema multicausal.
'Es tiempo de actuar de manera decisiva para mantener lo logrado, en lugar de retroceder', anotó Pinheiro.
A nivel mundial, el trabajo infantil se redujo en casi 100 millones de menores, entre el 2000 y 2016, y actualmente afecta a unos 150 millones de niños y adolescentes, según cifras de la OIT.