El papa Francisco se despidió este domingo de Irak, después de tres días de visita, con una misa multitudinaria ante 10.000 personas en Erbil, la capital del Kurdistán, tras la cual pidió unidad 'para un futuro de paz' en el país.
El papa celebró la misa en el segundo estadio más grande del país, el 'Franso Hariri' de Erbil, con capacidad para 30.000 personas, aunque por la pandemia se decidió que sólo pudiera asistir al acto un tercio del aforo.
'Irak permanecerá siempre conmigo, en mi corazón. Les pido a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie', dijo en su mensaje final.
Y aseguró sus oraciones por este 'amado país' y, en particular, por 'los miembros de las distintas comunidades religiosas'.
Francisco recordó en su mensaje 'a los cristianos de las distintas confesiones, muchos de los cuales aquí han derramado su sangre sobre el mismo suelo'.
Con esta misa el papa concluyó su viaje a Irak, donde ha mantenido citas históricas, como la reunión que tuvo con el gran ayatolá Ali Al Sistani, máxima autoridad religiosa de los chiíes, y la visita a Ur de los Caldeos, donde la tradición indica que nació el profeta Abraham.