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El número de muertos en un operativo policial que tuvo lugar el jueves en una favela de Río de Janeiro aumentó de 25 a 28, según informó este viernes la Policía, en medio de las denuncias de supuestas ejecuciones cometidas por los agentes durante la acción.

La Policía Civil de Río actualizó el balance de víctimas y sumó tres nuevos fallecidos, sin dar más detalles al respecto, según confirmaron fuentes de la corporación.

El operativo, desplegado al parecer para combatir el reclutamiento de menores por parte de una banda de traficantes, terminó convirtiéndose en la mayor masacre policial en la historia de Río de Janeiro, según asociaciones de Derechos Humanos.

La acción ocurrió en la favela de Jacarezinho, en la zona norte de la capital fluminense, y acabó con la muerte de 27 presuntos criminales y un uniformado.

Según la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Brasil (OAB, por sus siglas en inglés), diez de las víctimas mortales tenían entre 18 y 30 años de edad.

Este viernes, el juez Luiz Edson Fachin, de la Corte Suprema de Brasil, calificó como graves las denuncias de abusos en torno a la operación y afirmó haber visto indicios de 'ejecuciones arbitrarias' en videos que analizó.

Los hechos 'parecen graves y hay indicios de actos que, en tesis, podrían configurar ejecución arbitraria', afirmó el magistrado en una petición enviada al Ministerio Público para que constate la veracidad de esos supuestos abusos de poder.

La violenta operación, condenada por organizaciones internacionales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW), contó con la participación de unos 200 agentes y duró alrededor de nueve horas.

La Policía Civil negó todas las acusaciones de abusos y afirmó que actuó de forma planificada y bajo la supervisión de la Fiscalía.

El gobernador de Río, Claudio Castro, dijo, por su parte, que la acción fue fruto de un 'largo y detallado trabajo de inteligencia que se prolongó durante diez meses'.

Sin embargo, según relatos de vecinos y videos publicados en las redes sociales, durante la operación los agentes invadieron domicilios sin autorización judicial, le dispararon a personas rendidas y confiscaron los celulares de los testigos.

Durante todo el viernes ha hubo manifestaciones de los vecinos de la favela de Jacarezinho para pedir justicia y protestar contra lo que calificaron de 'masacre' y 'genocidio' contra la población negra.