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Keiko Fujimori se libró este lunes de volver a prisión provisional por presunto lavado de dinero en medio de la campaña que ha emprendido contra los resultados de las recientes elecciones presidenciales de Perú para evitar su derrota frente al izquierdista Pedro Castillo.

Fujimori continuará en libertad condicional, pero fue apercibida por el juez Víctor Zúñiga, del Cuarto Juzgado de Investigación Preparatoria Nacional Especializado en Crimen Organizado, por haber incumplido el requerimiento judicial de no reunirse con testigos de su caso, en el que está acusada a 30 años y 10 meses de cárcel.

El magistrado a cargo de tutelar el caso desestimó la solicitud del fiscal anticorrupción José Domingo Pérez para que regrese a la cárcel pese a que consideró que, efectivamente, había incumplido las condiciones de su libertad.

Esto al considerar que primero debía realizarse un apercibimiento a la acusada y, en caso de persistir en ese incumplimiento, ordenar su regreso a prisión previa solicitud de la Fiscalía.

Entre las condiciones de la libertad condicional que permitió a Fujimori salir de la cárcel en mayo de 2020 tras haber pasado quince meses en prisión preventiva estaba no reunirse ni comunicarse con otros imputados o testigos del caso.

Sin embargo, la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000) apareció públicamente en reiteradas oportunidades de la reciente campaña electoral con el abogado y portavoz del partido fujimorista Fuerza Popular Miguel Ángel Torres, quien está incluido en el caso como testigo.

En su afán por denunciar un supuesto fraude electoral en su contra, Fujimori también se ha juntado en los últimos días con la abogada y líder del Partido Popular Cristiano (PPC) Lourdes Flores, otra testigo.