China emprendió este martes campañas de test masivos y decretó confinamientos parciales en varias ciudades del país con el objetivo de poner coto a los últimos rebrotes que han causado ya más de 300 infectados y que los medios oficiales consideran los peores desde el comienzo de la pandemia.
La alta capacidad de contagio de la variante delta está poniendo a prueba las estrictas medidas de control y prevención de las autoridades chinas para frenar la covid, aunque los expertos locales confían en que la tasa de vacunación y la experiencia acumulada hasta ahora impidan un rebrote a gran escala.
Estas medidas pasan por realizar, en cuanto se considere necesario, rondas de test masivos en cortos periodos de tiempo y en confinamientos selectivos en aquellas zonas en las que se detecten casos para trazarlos, aislarlos y obstaculizar la propagación del virus.
Entre las ciudades que ya han emprendido pruebas de ácido nucleico a todos sus residentes se encuentra Wuhan, de 11 millones de habitantes, donde se notificaron los primeros contagios de covid a finales de 2019 y que llevaba desde junio de 2020 sin presentar infecciones a nivel local.
Las autoridades, que tomaron la decisión tras detectar tan solo tres casos domésticos y cinco asintomáticos, también decretaron el confinamiento parcial del barrio de Zhuankou, ahora considerado de 'riesgo medio' según una circular emitida hoy por la comisión sanitaria local.