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La sequía extrema actual que sufre México ha puesto en manifiesto la falta de políticas públicas efectivas y la gravedad de la crisis del agua en el país, que tendrá fuertes repercusiones económicas en los próximos años.

La necesidad de implementar políticas públicas para planear, financiar y desarrollar proyectos de infraestructuras será el tema central de un foro virtual sobre el agua que se celebrará el próximo miércoles.

Expertos debatirán la urgencia de adoptar una serie de propuestas, justamente cuando la Comisión Nacional del Agua (Conagua) acaba de declarar el estado de emergencia en México por las condiciones de sequía extrema y severa que sufre el país.

Además de la extrema sequía, según la asociación Agua Capital, el 26 % de habitantes de Ciudad de México no disponen de la cantidad de agua suficiente en sus hogares, el 15 % no cuenta con servicio diario y casi 1,8 millones de habitantes se abastece a través de camiones cisterna.

Mientras en el norte y algunas partes del centro del país sufren una grave sequía, en el sur hay abundante agua por las lluvias pero no disponen de la infraestructura apropiada ni sistemas de distribución del agua a las viviendas.

El sector agrícola concentra más del 75 % del consumo del agua y la crisis del agua, según un reciente informe de Moody’s, tendrá un fuerte impacto a mediano plazo en la generación de electricidad, la minería y otras industrias. La Conagua prevé un aumento del denominado estrés hídrico en 31 de los 32 estados del país, incluyendo la Ciudad de México, durante los próximos 10 años.

Los estados más vulnerables a la actual sequía extrema son: Baja California, Baja California Sur, Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, la península de Yucatán y el Valle de México. Todos se enfrentan a la posibilidad de que se establezcan restricciones en el uso.