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El Gobierno de Japón señaló este jueves que seguirá investigando las posibles reacciones en pacientes a las vacunas de Moderna, después de que en la víspera la compañía afirmara que las partículas de acero halladas en algunas de sus dosis no suponen un riesgo sanitario.

Moderna hizo públicos el pasado miércoles los resultados de los análisis de las impurezas detectadas en una partida de sus vacunas fabricadas en España y distribuidas en Japón, que fueron identificadas como 'partículas de acero' procedentes de un fallo técnico en la línea de producción de Rovi, su proveedora española.

Estas anomalías 'no suponen un riesgo excesivo desde el punto de vista médico', según un comunicado conjunto publicado por Moderna y su distribuidora en Japón, Takeda, y del que se hizo eco este jueves el ministro portavoz del Ejecutivo, Katsunobu Kato.