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Media España está afectada por una borrasca de fuertes tormentas y lluvias torrenciales, que causaron grandes inundaciones y riadas entre el miércoles y este jueves, cortes de carreteras, ferrocarril y electricidad, cuantiosos daños materiales y pérdidas millonarias pendientes de concretar.

Aunque sin causar víctimas, la fuerza del agua dejó un paisaje desolado en poblaciones del centro y este del país, pues anegó tierras de cultivo, viviendas y locales comerciales y arrastró decenas de automóviles, contenedores urbanos, enseres domésticos, vegetación y toneladas de barro, entre gran desesperación e impotencia de vecinos y propietarios.

Los servicios de emergencia no daban abasto para atender las numerosas incidencias, como túneles y garajes llenos de agua, cortes eléctricos y de agua potable, personas aisladas y vehículos atrapados.