Una turba linchó este viernes en Kenia a un presunto asesino en serie que confesó haber matado a al menos diez niños y niñas, tras escapar el pasado miércoles de un calabozo policial, confirmó hoy la Policía.
Masten Wanjala, de 20 años, había logrado huir en misteriosas circunstancias de una comisaría en Nairobi el pasado día 13, cuando tenía que testificar ante un tribunal, y se hallaba desde entonces en paradero desconocido.
Wanjala consiguió viajar cientos de kilómetros hasta el pueblo de Mukhweya, en el condado de Bungoma (oeste), próximo a la frontera con Uganda, donde buscó refugio en casa de sus padres, si bien algunos lugareños le reconocieron.
'Llegó anoche a la casa de sus padres, pero los vecinos lo vieron. Después de sentir peligro, Wanjala optó por mudarse a una casa cercana', declaró hoy el comandante de la Policía de Bungoma, Musyoki Mutungi, citado por el diario 'The Standard'.
Sin embargo, el sospechoso fue expulsado de la casa donde había ido a ocultarse y linchado esta mañana.