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Venezuela vivirá este domingo unas elecciones locales y regionales que servirán para tomar el pulso político de un país en el que la polarización ha ido dejando paso a la desidia y que supondrá la primera vez, desde 2017, en que la oposición llama a sus simpatizantes a acudir a las urnas.

Tras hacer varios llamados a la abstención, el principal reto de los detractores del Gobierno de Nicolás Maduro es el de seducir a una ciudadanía mayoritariamente cansada y que, según las encuestas, quiere un cambio en el país.

No obstante, los numerosos llamados a no participar en los años previos han hecho mella en los posibles simpatizantes de la oposición, que desconfían ahora de acudir a las urnas al considerar que las condiciones no son óptimas.

A ello se suma el mayor mal de los antichavistas: las eternas peleas por salir en la foto que han vuelto a la primera línea en estos comicios.

Las disputas llegaron, incluso, al enfrentamiento físico entre candidatos en el sureño estado Bolívar (fronterizo con Brasil), donde el exdiputado opositor Américo de Grazia fue abofeteado por el también aspirante antichavista Raúl Yusef frente a la jefa de la Misión de Observación Electoral de la Unión Europea (MOE-UE), Isabel Santos.