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El Gobierno de Israel suspendió desde este viernes la vigilancia de los contagiados con la variante ómicron por parte del servicio de inteligencia interior (Shin Bet), que generó una fuerte oposición en el país.

La controvertida medida, aplicada también durante el inicio de la pandemia, fue restablecida con la aparición de la última variante y permite rastrear las localizaciones de los portadores del virus y teléfonos móviles cercanos para determinar los contactos.

'Ponemos fin (a esta medida), porque además de proteger la salud, debemos proteger la privacidad y los derechos humanos, incluso en tiempos de emergencia', declaró el ministro de Sanidad, Nitzan Horowitz.