Al menos 11 personas fallecieron tras un alud de lodo que afectó a algunos barrios del oeste de la capital ecuatoriana, ciudad que fue azotada por un fuerte aguacero, con récord de precipitaciones, según han informado las autoridades.
El alcalde de Quito, Santiago Guarderas, informó en una rueda de prensa de que el fenómeno natural dejó once personas fallecidas, quince heridas, ocho estructuras (viviendas) colapsadas y destruida la cubierta de una cancha deportiva.
No obstante, moradores y algunos medios de información han advertido de que la cifra de muertos podría aumentar conforme avancen las tareas de remoción de escombros.
Unidades de bomberos, policías, de las asistencias sanitarias y de las Fuerzas Armadas, entre otras instituciones, participan en las tareas de rescate, remoción de escombros y atención a los ciudadanos afectados en la zona del alud.
Según el alcalde, la tempestad que cayó este lunes sobre Quito alcanzó un récord de precipitaciones, con 75 litros por metro cuadrado, cuando se esperaba apenas dos litros por metro cuadrado.