La invasión rusa a Ucrania y la crisis energética que está generando han producido un inesperado acercamiento entre los Gobiernos de Estados Unidos y Venezuela, que ha venido acompañado de la liberación de dos estadounidenses presos en el país caribeño y el anuncio del presidente Nicolás Maduro de una reactivación del diálogo con la oposición.
El Gobierno venezolano, que había manifestado abiertamente su respaldo a Vladímir Putin en la operación militar iniciada el pasado 24 de febrero, dio un giro a los hechos al admitir el lunes que sostuvo una reunión el pasado fin de semana con una delegación estadounidense de alto nivel, a la que transmitió su voluntad de 'avanzar en una agenda que permita el bienestar y la paz'.
El propio Maduro, que explicó cómo había transcurrido la reunión con la delegación de EE. UU., aseguró que 'continuarán hacia adelante las conversaciones, las coordinaciones y un agenda positiva entre el Gobierno de Estados Unidos' y el de Venezuela.
Por su parte, EE. UU. confirmó la visita a Caracas de su delegación y dijo que el propósito del viaje era discutir 'diferentes temas', entre ellos, la 'seguridad energética' en medio de la escalada de precios del petróleo por la invasión rusa a Ucrania, que apenas el primer día de la guerra alcanzó los 104,37 dólares, una cifra no vista desde 2014, cuando llegó a cotizar a 111,80 dólares.
No obstante, la prueba palpable del acercamiento llegó la noche de este martes, pero no con acuerdos energéticos, sino con la liberación del cubano-estadounidense Jorge Alberto Fernández, detenido en febrero de 2021, y de Gustavo Adolfo Cárdenas, exdirectivo de Citgo -filial de la petrolera estatal venezolana Pdvsa en EE. UU.-, quien estuvo encarcelado cuatro años y cuatro meses en Venezuela.