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El presidente de Perú, Pedro Castillo, sobrevivió hace nueve días a una moción de destitución, pero, lejos de haberse fortalecido, se enfrenta a un desafío global en su contra en el Congreso y en las calles, que piden su dimisión tras las fuertes revueltas violentas y paros en el transporte.

Las portadas de este miércoles son unánimes y claras: Perú vive la enésima coyuntura de crisis con un Congreso, mayoritariamente opositor, que no ha cesado en su acoso al mandatario durante los ocho meses que lleva en el cargo. Pero ahora sus aliados también comienzan a deslizarse hacia la crítica, mientras las calles de Lima y otras ciudades son tomadas por manifestantes ante la pasividad, cuando no inacción, de la Policía.

Estas son algunas de las claves del desafío global a Castillo: