El Gobierno turco ha declarado tres meses de estado de emergencia en las diez provincias afectadas el lunes por los dos fuertes terremotos que han dejado ya al menos 3.549 muertos y 22.000 heridos en el país.
Así lo anunció el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, quien señaló que se destinarán 5.000 millones de euros (5.300 millones de dólares) en ayuda de emergencia para esas regiones.
Erdogan señaló que los terremotos, de magnitud 7,7 y 7,6, además de numerosas réplicas más suaves, se encuadra dentro de un fenómeno denominado 'triggering', en el que un seísmo va desencadenado el siguiente.
Erdogan afirmó que este desastre no es sólo uno de los más graves en la historia de Turquía, sino a nivel global.
El jefe del Estado ya había asegurado ayer que estos terremotos suponen el mayor desastre sufrido por el país desde el seísmo de 1939 en Erzincan, en el este de Turquía, que dejó más de 32.000 muertos y provocó un tsunami en el mar Negro, situado a unos 160 kilómetros del epicentro.
El presidente lamentó que los cientos de réplicas producidas, algunas de magnitud 6, están dificultando las tareas de búsqueda de supervivientes.
De momento, dijo, se han localizado con vida a unas 8.000 personas.
Erdogan confirmó que todos los colegios del país estarán cerrados hasta el 13 de febrero, y hasta el día 20 en las zonas afectadas.
También señaló que unas 50.000 personas participan en las labores de rescate de quienes se creen que han quedado sepultados bajo los escombros de los miles de edificios que han colapsado.
Diez barcos de la armada y 26 aviones militares están participando en las tareas de evacuación de heridos.
Igualmente, indicó que se va a evacuar de forma ordenada a las víctimas de las zonas devastadas, donde viven unos 13 millones de personas, y que serán realojadas en parte en instalaciones turísticas.
Erdogan agradeció la ayuda material y humana enviada por setenta países y catorce organismos internacionales.