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El programa Lazos de Agua, que busca garantizar el acceso a este servicio en América Latina, anunció el lanzamiento de su segunda etapa amplificando su impacto en Colombia, México y Paraguay, e incluyendo a Ecuador como nuevo país del proyecto. 

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Luego de que en su primera fase que se desarrolló entre 2016 y 2022, beneficiando a más de 235.000 personas en más de 400 comunidades rurales y periurbanas, el programa busca en esta nueva etapa llegar a más de un millón de personas. 

'Con la Fase I de Lazos de Agua pudimos comprobar que, al unir acceso, cambio de comportamiento a través del arte social y acceso a capital logramos mayor sostenibilidad y apropiación por parte de la comunidad de los sistemas de agua y saneamiento. Sus efectos comprobados y las lecciones aprendidas son los insumos fundamentales para diseñar la segunda fase, donde logremos escalar el modelo, uniendo a gobiernos, sector privado, sector público y las comunidades', señaló Sergio Campos, Jefe de la división de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

A Ecuador llegará a través del 'Programa de Agua Potable y Alcantarillado' para la ciudad de Portoviejo, financiado por el Banco Interamericano de Inversiones (BID), el Fondo para la Promoción del Desarrollo, del Gobierno de España, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Banco Europeo de Inversiones (BEI).

El programa también logró incrementar el pago de tarifa por el servicio de agua de 47 % a 85 % (la meta era 77 %) lo cual es crucial para la sostenibilidad de los servicios y de las inversiones en infraestructura.

Asimismo, consiguió incrementar la práctica de lavado de manos en la población de un 29 % a un 62 % (la meta era 53 %) lo cual es clave para mejorar la salud de las personas.

En América Latina, hay 163,5 millones de personas que aún carecen de acceso a agua potable gestionada de manera segura y 335,6 millones de personas que no disponen de acceso a servicios de saneamiento gestionados de forma segura, según un informe de 2022 del Programa Conjunto de Monitoreo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef, citado por la Fundación One Drop.