El papa Francisco acudió este Jueves Santo al módulo femenino de la cárcel romana de Rebibbia para celebrar la misa 'In Coena Domini' junto a las reclusas, el personal y agentes policiales del centro penitenciario, que le acogieron con aplausos.
Francisco previsiblemente lavará los pies a doce reclusas imitando el gesto de Jesús de Nazaret con sus discípulos en la Última Cena, que se conmemora este Jueves Santo.
'Será un momento hermoso que las reclusas esperan con nerviosismo porque fueron ellas las que invitaron al Santo Padre. Para ellas, la visita del papa es una señal de gran atención a la realidad de las prisiones y de gran ánimo', aseguró el capellán del centro, Andrea Carosella, al medio oficial 'Vatican News'.
El papa llegó a la cárcel, la mayor femenina de las cuatro de todo el país, en torno a las 16.00 hora local (15.00 GMT) llevado en la silla de ruedas, como usa normalmente por sus conocidos problemas de movilidad, y a sus puertas le acogieron decenas de mujeres que besaron sus manos y le ovacionaron.
De este modo, Francisco continúa con una tradición iniciada con su pontificado, en 2013, la de no celebrar la misa de Jueves Santo en la catedral romana, la basílica de San Juan de Letrán, sino en los lugares de sufrimiento en la sociedad moderna.
En sus once años de pontificado ha celebrado la misa 'In Coena Domini' generalmente en cárceles, pero también en centros de acogida para refugiados, en correccionales de menores o en residencias, con los enfermos.
Su primera Semana Santa en Roma como papa, en 2013, acudió a la prisión romana para menores de Casal del Marmo, a la que volvería una década después, en 2023, apenas una semana después de recibir el alta por una bronquitis que le tuvo tres días hospitalizado.
En 2014 optó por pasar esa tarde con los jóvenes pacientes de un hospital periférico romano, generalmente discapacitados o con problemas psiquiátricos y, en 2016, lo haría con doce inmigrantes del centro de acogida de Castelnuovo di Porto, a las afueras de Roma.
En los años siguientes, Francisco acudiría a las penitenciarías romanas de Rebibbia, Regina Coeli o Velletri, así como a la de Paliano, en la provincia de Frosinone (centro).
Esta mañana, el pontífice argentino abrió los ritos del triduo pascual de la Semana Santa en la basílica de San Pedro del Vaticano con la misa crismal, en la que se conmemora la institución del sacramento del orden sacerdotal.
En las últimas semanas, a menudo se ha visto obligado a renunciar a la lectura de sus discursos debido a una gripe, pero hoy leyó su homilía con normalidad y mañana se espera que acuda al Coliseo Romano para presidir el vía crucis de Viernes Santo, que por primera vez contará con unas meditaciones redactadas por él mismo.