Miles de birmanos se concentraron este domingo frente a la sede del partido de la líder opositora y nobel de la paz, Aung San Suu Kyi, para expresarle su apoyo tras la celebración de unas cruciales elecciones generales.
La lluvia no desanimó a los seguidores de la Liga Nacional para la Democracia (NLD, en sus siglas en inglés) de Suu Kyi reunidos en la sede de la formación en Rangún, la antigua capital y la ciudad más poblada del país.
Algunos con globos o camisetas rojas, el color del partido, coreaban el recuento de votos retransmitido en una pantalla gigante y bailaban al ritmo de canciones pop.
Varios analistas opinan que el partido de Suu Kyi ganará las elecciones legislativas, aunque los resultados oficiales se conocerán a lo largo de noviembre.
Suu Kyi, vestida de rojo y con un adorno de flores en el pelo, acudió a primera hora de la mañana a votar a un colegio electoral en Rangún, donde la aguardaban más de dos centenares de periodistas.
La votación ha transcurrido con relativa normalidad en muchas zonas del país, con colas de hombres con longyis (especie de falda masculina) y birmanas con los rostros decorados con unos polvos amarillos llamados thanaka.
Se han registrado irregularidades en varios colegios electorales e incluso el ministro de Transporte, Than Tun, casi no pudo votar porque alguien lo hizo en su nombre previamente.
Suu Kyi, de 70 años, se desplazó también hasta Kawhmu, una localidad situada unos 61 kilómetros al suroeste de Rangún donde ella se postula para revalidar un escaño en la Cámara baja que ganó en unos comicios parciales en 2012.
Las calles polvorientas y humildes viviendas de la localidad, algunas sin electricidad, evidencian los problemas económicos a los que se enfrenta este país rico en recursos naturales pero más del 20 por ciento de su población bajo el nivel de la pobreza.
'Yo voté por la NLD, creo que ellos desarrollarán el país, mejorarán la educación, que es lo más importante sobre todo para los niños', explicó a Efe Nwe Nwe, una profesora birmana de 67 años.
'La democracia para mí es estar libre del miedo. Yo he sido profesora aquí (durante la dictadura) y sé lo que es el significado del miedo', dijo en referencia a los años de la dictadura (1962-2011).
En su opinión, Suu Kyi tiene la 'determinación' para traer el cambio que los birmanos desean en el país.
Más de 30 millones de birmanos estaban llamados para elegir los parlamentos regionales y el Legislativo bicameral nacional, que deberá a su vez nombrar el presidente en febrero o marzo para los próximos cinco años.
Según la Constitución, el jefe del Estado no puede tener familiares extranjeros y los hijos de la líder opositora tienen pasaporte británico.
Sin embargo, Suu Kyi ha reiterado durante la campaña electoral que, si su partido gana, ella será la líder del Gobierno, aunque no pueda ser presidenta.
El presidente birmano, Thein Sein, y los miembros de su partido, formado por exgenerales de la antigua junta militar, han repetido que respetarán los resultados de los comicios.
'Aceptaremos el deseo de los votantes, cualquiera que este sea (...) Lo más importante para el país es que haya estabilidad y desarrollo', dijo el mandatario en un centro electoral de Naipyidó al que acudió a votar acompañado de su esposa, según el canal Channel News Asia.
Thein Sein fue primer ministro de la última junta militar y desde 2011 encabeza un gobierno civil aplicado en un proceso de reformas políticas, económicas y sociales destinadas a implantar una 'democracia disciplinada'.
El Ejército designa por ley el 25 por ciento de los diputados en las dos cámaras del Parlamento nacional y propone la lista de candidatos para los Ministerios de Interior, Defensa y Fronteras.
Varias ONG como Human Rights Watch han denunciado la exclusión de más de medio millón de musulmanes de la etnia rohinyá, a los que las autoridades retiraron este año el derecho al voto, así como la descalificación de decenas de candidatos musulmanes.
La votación tampoco ha podido celebrarse en decenas de localidades afectadas por el conflicto con algunas de las minorías étnicas del país como los kachin, shan o palaung.
Birmania celebró sus últimas elecciones bajo un Gobierno democrático en 1960, dos años antes del golpe de Estado que instauró la primera junta militar.
La NLD liderada por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi ganó unas elecciones en 1990 organizadas por las autoridades castrenses, que nunca reconocieron los resultados y continuaron en el poder.
En 2010, la última junta militar celebró unos comicios criticados por la falta de transparencia y supuesto fraude y un año después cedió el poder a un Gobierno civil, formado por exgenerales afines al antiguo régimen.