Transcurrió un año desde que la Interpol capturó a Alex Naín Saab Morán, en el archipiélago de Cabo Verde. Desde entonces, y como si se tratara de una novela, la vida del hombre considerado el testaferro del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, no ha dejado de acaparar los principales titulares de la prensa, al menos en los países donde el empresario barranquillero ha tenido su accionar.
Desde la captura de Saab, ocurrida el 12 de junio de 2020, en la isla de Sal (una de las más importantes de Cabo Verde), a donde llegó cuando el avión privado en el que se transportaba desde Rusia hacia Irán se detuvo para cargar combustible, la vida del empresario ha sido una montaña rusa. A los pocos días de su detención, Venezuela señaló que él era un ciudadano venezolano y un 'agente' del Gobierno, que se encontraba 'en tránsito' en Cabo Verde para volver al vecino país.
Saab es acusado por EE. UU. de haber lavado – junto a su mano derecha, Álvaro Enrique Pulido– hasta 350 millones de dólares para supuestamente pagar actos corruptos del presidente venezolano. En ese sentido el Gobierno caboverdiano admitió la solicitud estadounidense para la extradición, pero tras las maniobras legales de su defensa la medida se ha ido dilatando.
La primera decisión judicial en contra del barranquillero la tomó el Tribunal de Apelaciones de Barlovento, con sede en la isla caboverdiana de San Vicente, en julio, que 'aprobó la extradición'; sin embargo, las estrategias de la defensa no cesaron y a inicios de agosto presentaron ante el Tribunal Constitucional de Cabo Verde un recurso para frenar su extradición a Estados Unidos, pero esta no prosperó.