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Desorientados, hambrientos y hasta mutilados. Así se encuentran muchos animales que están en condición de abandono en Colombia y enfrentan durante la cuarentena por el coronavirus la soledad de las calles por donde deambulaban y la falta de una mano amiga que les brinde algo de comida.

Aunque no existe una cifra oficial por la imposibilidad de censarlos, las autoridades estiman que solo en Bogotá puede haber entre 800.000 y un millón de animales domésticos sin cuidador.

La cifra, que impacta por la vulnerabilidad de los implicados, tiene toda la probabilidad de aumentar debido a la crisis económica que atraviesan muchos hogares colombianos en donde el dinero escasea desde que el país entró el pasado 25 de marzo en cuarentena obligatoria para evitar la propagación del COVID-19.

Refrigeradores vacíos y alquileres sin pagar debido al cierre de empresas de todos los tamaños y su consecuente desempleo, han puesto a los dueños de mascotas entre la espada y la pared.

En algunas barriadas, como Ciudad Bolívar, ubicada al sur de Bogotá, 'han hecho desalojos y hay perros que quedan en la calle porque las familias se van en busca de otro lugar para vivir pero no se llevan a sus mascotas', comentó a Efe el director del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, Nelson Gómez.

A la fecha se han contabilizado 211 animales abandonados en la ciudad.

Algunos de los vecinos se conmueven y les ofrecen algo de comida, pero como cada vez está más difícil de conseguir, optan por reportar la situación a la Línea 123, en donde se reciben las llamadas de los ciudadanos que solicitan ayuda en asuntos de seguridad y emergencias.

El drama se repite

El drama del abandono de animales se repite a lo largo y ancho de Colombia durante la cuarentena.

En un informe del 21 de abril pasado, la Fundación Universitaria San Martín denunció que en Barranquilla hay más de 70.000 perros y 30.000 gatos callejeros.

A esto se suma el hecho de que la cuarentena ha producido un incremento en la ciudad del 50 % del nivel de riesgo y abandono, muchas veces por el temor infundado de los dueños a que los animales les contagien el virus.

Pero como siempre pasa en Colombia, en medio de la adversidad salen a flote personas que hacen la diferencia.

Así ocurre en Saravena, una localidad fronteriza con Venezuela y azotada desde hace décadas por el conflicto armado, en donde la ONG Lógico & Zoo Fundación creó la iniciativa Alimenta-Dog.

El colectivo instaló dispensadores de agua y croquetas para perros callejeros a los que diariamente acuden unos 500, por lo que ya se ganaron el agradecimiento de sus peludos beneficiados y el reconocimiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la ONG norteamericana ACDI/VOCA, que calificaron el proyecto de 'exitoso' e 'inspirador'.