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Rochas, una de las marcas de moda más reconocidas de París, celebró sus noventa años de existencia con una de las colecciones más cálidas del calendario, al menos en lo que se refiere a tejidos.

'He ido a consultar los archivos y he tomado algunos, pocos, elementos típicos de Marcel Rochas', contó a Efe el director creativo de la casa, el italiano Alessandro dell'Acqua, antes de precisar que se inspiró sobre todo en un estampado de golondrinas de 1934.

Este motivo imprimió o bordó con delicadeza en una colección que el diseñador de esta firma quiso que fuera 'más contemporánea y un poco marcial, con tejidos militares y vestidos caqui'.

Los cortes fueron depurados, de vestidos ajustados a la cintura con gruesos cinturones y abrigos de manga francesa con un lazo en el cuello, mientras que 'el toque excéntrico' corrió por cuenta de unos zapatos con flecos de abalorios.

Los escotes en forma de corazón con volantes, que evocaron un vestido de noche de 1930 de Rochas, así como un fresco amarillo y un azul celeste, contribuyeron a desviar la trayectoria impuesta por la seriedad de las tonalidades marrones, negras y blancas.

'Se trabajó mucho en la búsqueda de materiales', confirmó Dell'Acqua tras un recital de 'cachemira, cachemira doble, cachemira hervida, zalea, bordados sobre terciopelo y tejidos con brocados'.

El modisto belga Dries Van Noten defendió largas faldas-capa anudadas a la cintura, volantes desiguales, superposiciones de cortes y estampados, pantalones muy anchos y un sinfín de tonalidades entre las que destacó el camel dorado.

En un palacete cercano al Arco del Triunfo, la diseñadora irlandesa Sharon Wauchob descubrió guipures volátiles, piratas de campana y bolsos de bandolera con una gruesa cadena.