Mientras en una parte del mundo un grupo aún muy reducido de mujeres toman las riendas de grandes medios de comunicación, en otras se juegan la vida por la libertad de prensa, una lucha a la que a su papel de periodistas deben sumar su rol femenino en entornos agresivos con más de una barrera que superar.
Según un estudio publicado recientemente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 73 % de las mujeres periodistas ha sufrido alguna vez acoso en línea relacionado con su trabajo, una situación que se expresa desde el lenguaje de odio hasta amenazas de violencia sexual o física.
Un informe de Reporteros Sin Fronteras (RSF), también publicado recientemente, revela que hasta 40 países son peligrosos o incluso muy peligrosos para las mujeres periodistas.
Y ese peligro no solo acecha a las periodistas en los terrenos tradicionales del reporterismo o en los nuevos espacios virtuales -Internet y las redes sociales-, sino que también se encuentra allí donde ellas deberían estar a salvo: en sus redacciones, según el informe.
El estudio, realizado en base a un cuestionario enviado a sus corresponsales en todo el mundo (hasta 112 países), así como a periodistas con especialización en cuestiones de género, destaca que en la actualidad, Internet se ha convertido en el lugar más peligroso para las periodistas (señalado por el 73 % de los encuestados).