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El niño japonés de diez años que resultó herido al ser apuñalado el miércoles en Shenzhen (sur de China) de camino al colegio murió este jueves, según informó el Gobierno de Japón, que también ha exigido a Pekín más información sobre el suceso.

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El portavoz del Ejecutivo nipón, Yoshimasa Hayashi, confirmó en la rueda de prensa de este jueves que el Ejecutivo recibió la noticia sobre la muerte del niño la madrugada del día 19, y expresó sus condolencias ante lo ocurrido.

”El acto de atacar a un niño es despreciable y no podemos imaginar el dolor de la familia”, dijo Hayashi, quien explicó que funcionarios nipones fueron enviados al lugar de los hechos “para poder tomar las medidas necesarias” y que Japón pidió a China una explicación de los hechos y exigido seguridad para los japoneses en su territorio.

El pequeño se dirigía a su escuela primaria en Shenzhen cuando el presunto agresor, un hombre de 44 años de apellido Zhong, lo atacó con un cuchillo en las cercanías del colegio nipón de la ciudad, según información ofrecida por la Policía local.

El sospechoso fue detenido y el niño, apellidado Shin según las autoridades chinas, atendido en un hospital.

Aunque el Gobierno nipón calificó de “estable” la situación de la víctima el miércoles, el niño, que fue tratado quirúrgicamente, murió en las primeras horas de este jueves.

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El ataque, corroborado en la víspera tanto por el viceportavoz del Ejecutivo japonés, Hiroshi Moriya, como por el portavoz de Exteriores chino, Lin jian, coincidió con la conmemoración del ‘Incidente de Mukden’ o ‘Incidente del 918′, un hecho histórico que marcó el comienzo de la invasión japonesa de China en 1931, una fecha particularmente sensible en las relaciones entre ambos países.

Aunque las relaciones diplomáticas entre China y Japón se han normalizado, este tipo de episodios destaca las tensiones latentes.

Al ser preguntado sobre el impacto del incidente en las relaciones bilaterales de China y Japón, Hayashi dijo: “No puedo comentar sobre lo que no sabemos. Sin embargo, cooperando estrechamente con China, vamos a esforzarnos por garantizar la seguridad de los japoneses”.

Este ataque se suma al registrado en junio en la ciudad de Suzhou (este), donde una madre japonesa y su hijo resultaron heridos por arma blanca mientras esperaban un autobús escolar, y una ciudadana china que se interpuso entre las víctimas y el atacante falleció intentando defenderlos.

En aquel momento, la Embajada de Japón en China expresó su “profunda tristeza” por la muerte y destacó que el “coraje y bondad” de la fallecida representaban el “espíritu del pueblo chino”.