La Corte Suprema de Georgia restableció este lunes la prohibición estatal del aborto después de las seis semanas de embarazo, lo que representa una victoria para los republicanos que sostienen una batalla legal para dejar en pie una ley que restringió ese derecho.
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Con el fallo, la máxima corte bloquea la decisión del juez Robert McBurney, del tribunal superior del condado de Fulton, que dejó sin efecto una ley estatal firmada en 2019 y que tras disputas legales entró en vigor en 2022, aupada por la sentencia de ese año de la Corte Suprema de EE.UU., que eliminó las protecciones federales a la interrupción voluntaria del embarazo.
La ley en cuestión prohíbe los abortos desde el momento en que se detecta la actividad cardíaca en un embrión, generalmente alrededor de las seis semanas, cuando muchas mujeres aún no saben que están embarazadas, lo que impulsó a defensores de los derechos reproductivos a demandar la medida.
El juez McBurney señaló en su decisión contra la ley que “la libertad en Georgia incluye en su significado, en sus protecciones y en su conjunto de derechos el poder de una mujer de controlar su propio cuerpo, de decidir lo que le sucede a él y dentro de él, y de rechazar la interferencia del Estado en sus decisiones de atención médica”.
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En respuesta al bloqueo de la medida, el fiscal de Georgia, el republicano Christopher Carr, apeló la decisión y solicitó al Supremo de Georgia dejar la prohibición en efecto mientras se desarrolla el litigio.
SisterSong Women, una de las organizaciones que entabló la demanda para bloquear la prohibición del aborto, dijo en un comunicado en sus redes sociales que están “indignadas” con la decisión del Supremo de restablecer la restricción.
“Esta estrategia desgastada y dañina no es nada nueva. Privar a los miembros de nuestra comunidad de atención que les salva la vida, solo pone en peligro su salud, su seguridad y la vida misma”, agregó la organización.
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La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU, en inglés) y el Center for Reproductive Rights también rechazaron la decisión del Supremo de Georgia y han prometido continuar con la batalla legal.
El aborto es un elemento clave en la actual campaña electoral, en especial para el Partido Demócrata. Su candidata a la Casa Blanca en las elecciones del próximo 5 de noviembre, la vicepresidenta Kamala Harris, señaló el pasado 20 de septiembre en Atlanta que su oponente, el expresidente Donald Trump (2017-2021), es el “artífice” del retroceso del derecho al aborto en el país.
Harris prometió defender la interrupción voluntaria del embarazo, muy restringida o incluso abolida en varias regiones a raíz de la sentencia de la Corte Suprema.
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“Una de cada tres mujeres en Estados Unidos vive en un estado donde el aborto está prohibido por culpa de Trump”, dijo Harris durante el mitin que ofreció en Atlanta.
Georgia es uno de los siete estados clave que podrían definir la elección.