Ecuador pasará a partir de este viernes de ocho a catorce horas al día de apagones programados a causa de la grave crisis energética que afecta al país, debido a una histórica sequía en sus principales centrales hidroeléctricas.
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La previsión inicial del Gobierno era reducir a seis horas al día los cortes del suministro eléctrico a partir de la próxima semana, pero desde el viernes y hasta al menos el domingo deberá aumentarlos a catorce horas por día acumuladas en distintas franjas horarias.
Así lo anunció a última hora de este jueves la ministra de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Inés Manzano, quien de manera interina tiene a cargo también la cartera de Energía y Minas tras la dimisión de su predecesor, Antonio Gonçalves, en plena crisis energética.
“Enfrentamos una crisis dinámica y sin precedentes, que nos obliga a adaptarnos a escenarios cambiantes”, señaló Manzano en un mensaje en vídeo transmitido por el Gobierno a través de redes sociales, en el que señaló que la duración de los apagones volverá a ser evaluada el domingo.
Desde hace más de un mes Ecuador enfrenta estas fuertes restricciones energéticas que comenzaron también con suspensiones del fluido eléctrico de hasta doce y catorce horas diarias, pero que posteriormente fueron reduciéndose gracias a varios días de lluvias.
Sin embargo, las precipitaciones cesaron en las últimas dos semanas y volvió a acentuarse “la peor sequía de las últimas seis décadas”, según la han calificado las autoridades ecuatorianas.
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“Toda Sudamérica enfrenta una crisis sin precedentes y Ecuador no es la excepción. Varios países tienen cortes de electricidad y todos hemos visto con asombro las imágenes de un seco río Amazonas”, incidió Manzano en su mensaje.
La ministra recordó que los cortes de electricidad se deben a que las principales centrales hidroeléctricas del país se han quedado sin reservas de agua para operar con normalidad.
Actualmente Ecuador tiene un déficit de alrededor de 1.000 megavatios para atender su demanda nacional ya que la matriz energética del país depende de más de un 70 % de centrales hidroeléctricas, afectadas por la peor sequía de los últimos 60 años, según lo ha calificado el Gobierno.
La seguridad energética del país depende principalmente de las reservas del embalse de Mazar, el segundo más grande de Ecuador con una capacidad de 410 millones de metros cúbicos, que sirven para alimentar un complejo de tres centrales hidroeléctricas en el río Paute (sur) con una potencia en conjunto de más de 1.700 megavatios.
También está a expensas de Coca Codo Sinclair, la mayor central hidroeléctrica del país, con una potencia de hasta 1.500 megavatios, que depende enteramente del caudal del río Coca.
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En otros momentos de déficit hídrico, Ecuador había podido sortear la situación con la energía exportada por Colombia, pero desde el inicio de esta crisis las autoridades colombianas suspendieron el suministro a Ecuador al encontrarse el país sin excedentes suficientes de energía.
Si bien la administración del presidente Daniel Noboa ha señalado que incorporará en los próximos meses unos 1.500 megavatios de generación nueva al sistema eléctrico nacional, hasta el momento sólo están operativos 100 megavatios que aporta una planta eléctrica flotante alquilada a la naviera turca Karpowership.
La crisis energética de Ecuador se ha visto también agravada por la falta de inversiones en los últimos años en un sector controlado íntegramente por empresas públicas, lo que ha abierto el debate en el país de realizar reformas para facilitar la llegada de inversión privada.