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En una sesión que estuvo marcada por divisiones diplomáticas, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó este lunes una resolución que condena la invasión rusa de Ucrania y solicita la retirada inmediata de las tropas rusas del territorio ucraniano.

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La resolución, presentada por Ucrania y copatrocinada por varios países de la Unión Europea, obtuvo 93 votos a favor, 18 en contra y 65 abstenciones. Este resultado refleja un apoyo significativamente menor en comparación con resoluciones similares adoptadas en 2022 y 2023, que contaron con el respaldo de 141 países.

Un aspecto notable de la votación fue la oposición conjunta de Estados Unidos y Rusia a la resolución. La administración del presidente Donald Trump ha adoptado una postura más cercana a Moscú, buscando negociar la paz en Ucrania sin la participación directa de Kiev.

Esta posición ha generado tensiones con los aliados europeos tradicionales de Estados Unidos, quienes continúan apoyando firmemente a Ucrania. Antes de la votación, la representante interina de EE.UU., Dorothy Shea, solicitó desde la tribuna que Ucrania retirara su resolución en favor de una declaración que comprometiera a las partes a terminar la guerra. Sin embargo, esta petición no fue atendida, y la resolución procedió a votación.

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Paralelamente, Estados Unidos presentó una resolución alternativa que describía el conflicto en términos más generales y hacía un llamado a negociaciones de paz sin condenar explícitamente a Rusia.

No obstante, los países europeos introdujeron enmiendas que mencionaban la “invasión a gran escala de Ucrania” por parte de las fuerzas rusas, pedían una “paz justa, duradera y completa de acuerdo con la Carta de Naciones Unidas” y exigían el respeto a la “soberanía e integridad territorial de Ucrania”.

Estas enmiendas fueron aprobadas por mayoría, alterando significativamente el texto original propuesto por Estados Unidos. Como resultado, la delegación estadounidense optó por abstenerse en la votación de su propia resolución, que finalmente fue aprobada con 93 votos a favor, ocho en contra y 73 abstenciones.

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La disminución en el apoyo a las resoluciones que condenan la invasión rusa puede atribuirse a varios factores. La nueva postura de la administración Trump ha influido en que numerosos países del ‘sur global’ adopten posiciones más neutrales o se abstengan en las votaciones. Además, existe una percepción en diversas regiones de África y Asia de un “doble rasero” en la comunidad internacional al abordar conflictos como el de Ucrania en comparación con otros, como el de Gaza.

En esta ocasión, potencias como China e India, así como países como Brasil, Colombia, Arabia Saudí y Pakistán, optaron por abstenerse, manifestando la necesidad de avanzar hacia una negociación que ponga fin al conflicto en lugar de repetir condenas retóricas.

La votación también evidenció fracturas dentro de la Unión Europea. Hungría, miembro del bloque, rompió la unidad europea al votar en contra de la resolución respaldada por Ucrania y otros países europeos. Esta divergencia subraya las complejidades internas de la UE para mantener una posición cohesionada frente al conflicto en Ucrania.

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En el ámbito internacional, la nueva alineación entre Estados Unidos y Rusia ha generado preocupaciones entre los aliados europeos. La administración Trump ha mostrado una disposición a negociar directamente con Moscú, lo que ha sido interpretado por algunos analistas como un debilitamiento de la posición de Ucrania y una posible erosión de la unidad occidental frente a la agresión rusa.

Esta situación ha llevado a los países europeos a considerar medidas para fortalecer su autonomía en materia de seguridad y defensa, ante la posibilidad de una menor implicación estadounidense en los asuntos europeos.

En este contexto, se espera que Estados Unidos presente nuevamente su resolución, sin las enmiendas europeas, ante el Consejo de Seguridad de la ONU en una sesión específica sobre Ucrania.

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La aprobación de esta resolución dependerá de obtener al menos nueve votos favorables de los 15 miembros del Consejo y de que ningún país con derecho a veto la bloquee.