Egipto logró este martes el apoyo de los países de la Liga Árabe, la Unión Africana, la Unión Europea (UE) y la secretaría general de la ONU a su plan para reconstruir la Franja de Gaza y mantener allí a la población palestina, en contraposición a los proyectos defendidos por EE.UU. e Israel que buscan su expulsión permanente.
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Este respaldo salió de la cumbre extraordinaria de líderes de la Liga Árabe que se celebró en la Nueva Capital Administrativa egipcia, a unos 45 kilómetros de El Cairo, donde estuvieron presentes, además, el secretario general de la ONU, António Gutérres; el presidente del Consejo Europeo, António Costa; y el de la Unión Africana, el angoleño João Lourenço, entre otros.
Este apoyo supone un espaldarazo al gobierno egipcio de Abdelfatah al Sisi, cuyo país, al igual que Jordania, se encuentra asediado por las presiones de Donald Trump para que acepten en sus respectivos territorios a cientos de miles de palestinos para que EE. UU. asuma el control del enclave y lo convierta en “la Riviera de Oriente Medio” con el beneplácito de Israel.
Miles de millones y cinco años
El plan egipcio, ahora también de todos los países de la Liga Árabe, prevé una inversión de 53.000 millones de dólares y más de cinco años de trabajo divididos en varias fases.
En un primer momento, se contempla una fase de “recuperación temprana” de seis meses en la que se invertirán 3.000 millones de dólares para realizar los trabajos iniciales de desescombro y habilitar siete zonas para acoger a más de 1,5 millones de palestinos de forma temporal.
La primera fase de reconstrucción duraría dos años y costaría 20.000 millones de dólares para desescombrar, restaurar unas 60.000 residencias “destruidas parcialmente”, y construir 200.000 nuevas para dar alojamiento a 1,6 millones de personas.
También se contempla instalar dos estaciones desalinizadoras de agua, dos depósitos de agua potable, otros dos para riego y dos estaciones para el tratamiento de aguas residuales.
Dos años y medio y otros 30.000 millones de dólares serán necesarios para completar la segunda y última fase de reconstrucción, en el que se prevé terminar con las redes de servicios esenciales.
En total, la Franja de Gaza contará con unas 460.000 unidades de vivienda para alojar a tres millones de personas.
Todo esto será gestionado por un comité independiente formado por tecnócratas, mientras la Autoridad Nacional Palestina recibe capacitacion para manejar todo el aparato burocrático y de seguridad en la Franja.
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En temas de seguridad, el plan contempla solicitar al Consejo de Seguridad de la ONU el establecimiento de un contingente de fuerzas internacionales.
El dinero para todo esto se recaudará en una cumbre que tendrá lugar en El Cairo en las próximas semanas.
Respaldo explícito
Tanto la ONU, como la Unión Europea y la Unión Africana mostraron su respaldo explícito al plan y anunciaron que ayudarían a ponerlo en marcha, al tiempo que aseguraron su rechazo a la propuesta estadounidense y su proyecto que incluye la expulsión forzosa de los palestinos.
Así, Guterres afirmó que la recuperación y rehabilitación de la Franja de Gaza pasa por rechazar “cualquier forma de limpieza étnica”, además de por asegurar que el territorio permanezca como parte “integral de un Estado Palestino soberano, independiente y democrático”.
Guterres aseveró que “los verdaderos pilares para recuperar Gaza serán algo más que hormigón y acero. Serán dignidad, autodeterminación y seguridad. Eso significa ser fieles a los fundamentos de la ley internacional. Significa rechazar cualquier forma de limpieza étnica. Y significa forjar una solución política”.
Por su parte, Costa dijo que la UE respaldaba la iniciativa y que estaba lista para brindar apoyo “concreto” al plan en busca de una solución de “dos Estados, donde Palestina e Israel puedan vivir lado a lado en paz y seguridad y libres de la amenaza del terrorismo”.
Al Sisi recogió con esto lo que solicitó al inicio de la reunión, el “apoyo regional e internacional que es clave para reconstruir la nación (palestina) y mantener la supervivencia de la tierra”.
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Sin embargo, y pese al rechazo explícito al plan de Trump, el mandatario árabe dijo creer “firmemente” que el presidente estadounidense es un líder “capaz de llevar a cabo su misión y que su deseo sincero es el de disipar las tensiones regionales”.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, instó también a Trump a que apoye el plan árabe frente al desplazamiento “irresponsable e inhumano” de los palestinos de sus tierras.