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El presidente interino sirio, Ahmed al Sharaa, aseguró este domingo que el país se encuentra ante “un nuevo peligro” representado por remanentes del antiguo régimen del depuesto Bachar al Asad y “fuerzas externas” que buscan “arrastrar” a Siria a una “guerra civil”, tras las matanzas que han provocado más de 1.300 muertos, incluidos más de 800 civiles y que han sido atribuidas a las nuevas fuerzas de seguridad.

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En un discurso a la nación, Al Sharaa dijo que Siria se encuentra “ante un nuevo peligro, representado en los intentos del régimen caído y por fuerzas externas para crear una sedición y arrastrar a nuestro país a una guerra civil con el objetivo de dividirlo, y destruir su unidad y estabilidad”.

Indicó que estos peligros no son “amenazas pasajeras”, sino que es más bien resultado de “intentos” de fuerzas que buscan “perpetuar el caos y destruir lo que queda de nuestra querida patria”, aunque no mencionó a qué país o países se refiere.

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“Quizás lo que está sucediendo en algunas zonas de la costa sea el ejemplo más claro de estos intentos”, apuntó en su segundo discurso desde el inicio de la peor ola de violencia en años en Siria.

Las fuerzas de seguridad de Damasco han sido acusadas de matar a al menos 830 civiles -la mayoría en ejecuciones sumarias- en cuatro días de campaña militar en el oeste del país, unos actos de venganza sectaria tras unos ataques lanzados el pasado jueves por grupos leales al derrocado Al Asad contra miembros de la nueva administración siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

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“Desde el primer momento, reforzamos la zona con fuerzas de seguridad para proteger la paz civil y evitar que se produjeran ataques de venganza. Estas fuerzas fueron atacadas, muchas de ellas asesinadas y quemadas, y los residentes del lugar fueron agredidos. Los autores de este crimen atroz son los mismos que cometieron crímenes atroces contra el pueblo sirio durante los últimos 14 años”, afirmó.

“Todos debemos mantener la calma y ser fuertes frente a quienes intentan incitar a la discordia sectaria y a las disputas internas”, recalcó Al Sharaa en el discurso, en el que afirmó que exigirán cuentas, “con toda firmeza y sin indulgencia”, a todo aquel que haya estado involucrado en el derramamiento de sangre de civiles y “todo aquel que haya excedido los poderes del Estado o haya explotado el poder para lograr sus propios objetivos”.

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“No habrá nadie por encima de la ley y cualquiera cuyas manos estén manchadas con la sangre de los sirios se enfrentará a la justicia más pronto que tarde”, sentenció.

Hasta el momento, el nuevo Gobierno sirio no ha reconocido que haya perpetrado estos actos de violencia sectaria ni ha desglosado una cifra de víctimas civiles ni bajas en sus filas.

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Durante su discurso, anunció la formación de “un comité superior para preservar la paz civil, que tendrá la tarea, por encargo de la Presidencia de la República, de comunicarse directamente con el pueblo de la costa siria, escucharlo y brindarle el apoyo necesario, de manera que se garantice la protección de su seguridad y estabilidad y se fortalezca la unidad nacional en esta etapa tan delicada”.

Antes de sus palabras, informó de la formación de un comité independiente para investigar lo sucedido y que tendrá treinta días para enviar a Presidencia el informe, con el objetivo de esclarecer y remitir a la justicia a los responsables.