Entre la noche del jueves 13 y la madrugada del viernes 14 de marzo todo el hemisferio occidental de la Tierra será cubierto por un espectáculo astronómico conocido como ‘Luna Roja’ o ‘Luna de sangre’.
El eclipse lunar será visible desde el hemisferio occidental de la Tierra, que comprende todos los países de América, gran parte de los países de África occidental y algunos países europeos como España, Portugal y Reino Unido.
La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, más conocida como NASA, con sede en Estados Unidos, explicó que un eclipse lunar “ocurre cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean de modo que la Luna pasa por dentro de la sombra de la Tierra”.
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Detalló además que “en un eclipse lunar total, toda la Luna pasa dentro de la parte más oscura de la sombra de la Tierra, llamada umbra. Cuando la Luna está dentro de la umbra se ve de un color rojo naranja, fenómeno por el que es conocido como ‘luna de sangre’”.
La ‘Luna Roja’ es un fenómeno rodeado de mitos por el color que teñirá al satélite, pero el astrofísico y comunicador de la ciencia mexicano Alfredo Manríquez Rangel descartó malos augurios o riesgos a la salud.
“Los eclipses son fenómenos completamente naturales donde la sombra de un cuerpo celeste oculta o tapa a otro cuerpo celeste, puede ser el Sol o la Luna, en el caso del eclipse de Luna vemos que la tierra proyecta su sombra sobre la luna, debido a las propiedades de la luz y la atmósfera es que solamente la luz roja llega a la superficie lunar, dándole ese tinte rojo característico”, explicó a ‘Efe’.
Para apreciar un eclipse lunar no es necesario contar con un equipo especial, aunque unos binoculares o un telescopio permiten ver mejor el espectáculo astronómico. “Un entorno oscuro alejado de las luces brillantes ofrece las mejores condiciones de visualización”, recomienda la NASA.
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Sobre el color que tendrá la Luna durante el eclipse, la agencia estadounidense explica que el staélite se verá rojo o naranja “toda la luz solar que no está bloqueada por nuestro planeta se filtra por una gruesa porción de la atmósfera de la Tierra en su camino hacia la superficie lunar. Es como si todos los amaneceres y atardeceres del mundo se proyectaran sobre la Luna”.
