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Las cenizas de Fidel Castro partieron ayer para siempre de La Habana, la ciudad desde la que gobernó Cuba por casi medio siglo, en un cortejo fúnebre que fue despedido por miles de cubanos que salieron a las calles a dar el último adiós a su Comandante en Jefe de la Revolución.

Los restos mortales de Fidel descansaban en la sala Granma del Ministerio de las Fuerzas Armadas de la Revolución (Minfar), de donde salió s las 7:15 de la mañana, la urna con las cenizas, envuelta con la bandera nacional, a manos de dos militares.

El comandante falleció, a los 90 años, el pasado 25 de noviembre, sesenta años después de que el yate Granma partiera de México hacia Cuba, con el embrión de lo que sería el Ejército Rebelde que luchó bajo su mando en la Sierra Maestra hasta derrocar al régimen de Fulgencio Batista en enero de 1959.

La urna fue depositada en un remolque decorado con flores blancas, con una breve y solemne ceremonia militar en la que estuvo presente el presidente Raúl Castro, junto a la viuda del fallecido líder cubano, Dalia Soto, y algunos de sus hijos, su familia más cercana a la que se vio hoy por primera vez desde su muerte.

De ahí partió la comitiva de una docena de vehículos, encabezada por un furgón en el que viajan el ministro de las Fuerzas Armadas, el general Leopoldo Cintra Frías, y los viceministros Ramón Espinosa y Joaquín Quinta Solá, que custodian un segundo auto que porta las cenizas de Fidel.

Una multitud lo despidió

Para dar el último adiós a los restos mortales del líder, un cordón de gente estaba listo en los alrededores de la Plaza de la Revolución, donde la noche del martes se celebró un acto multitudinario de despedida y muchas de las personas pasaron la noche en vigilia para ver partir las cenizas.

En el resto de la ciudad, una multitud ordenada y silenciosa abarrotó las calles por todo el recorrido del cortejo fúnebre para ver por primera vez las cenizas del comandante, que hasta hoy reposaban en la sede del Minfar, sin acceso para la población.

El silencio fue sepulcral durante todo el recorrido, pero se rompió cuando la caravana giró desde la céntrica calle 23, del barrio de Vedado, al emblemático malecón habanero, donde se escucharon gritos de 'Viva Fidel' o 'Yo soy Fidel', mientras ondeaban banderas cubanas.

Las cenizas viajarán por toda la isla durante cuatro días en el trayecto inverso de la ‘Caravana de la Libertad’, el recorrido que los barbudos de Sierra Maestra, liderados por Fidel, realizaron entre el 1 y el 8 de enero de 1959 al triunfar la Revolución.

El recorrido

Tras salir de La Habana, el cortejo emprendió camino por la Carretera Central –arteria principal del país en esa época– para pasar por todos los pueblos en los que Castro se dio un baño de masas y arengó a la población casi 58 años atrás.

Después de dejar atrás la ciudad de Matanzas y otros pueblos menores como Cárdenas, Jovellanos o Colón, la caravana llegará y pernoctará en Santa Clara, la ciudad que alberga el mausoleo de Ernesto ‘Che’ Guevara.

Ese monumento lo mandó construir el propio Fidel Castro en 1997 para albergar los restos mortales de su amigo argentino hallados por una expedición de espeleólogos que él mismo envió a Bolivia cuando se cumplieron 30 años de la muerte del guerrillero de Rosario.

Antes de iniciar su último viaje, los cubanos en La Habana han velado durante dos días al líder cubano en el memorial José Martí de la Plaza de la Revolución, ante una especie de altar con una imagen suya de los tiempos de la insurrección en la Sierra Maestra, coronas de flores blancas y réplicas de sus condecoraciones militares.

Altares similares se han desplegado por todo el país, donde más de seis millones de cubanos le han rendido tributo y han jurado lealtad al 'concepto de Revolución' que el líder cubano sintetizó en el año 2000.

El cortejo fúnebre cruzará el país casi de punta a punta durante cuatro días hasta llegar, el sábado 3 de diciembre, a Santiago de Cuba, donde se celebrará el entierro del comandante en el cementerio de Santa Ifigenia.